U
na pelea en el Pabellón Nº 7 de la unidad penal de la capital entrerriana terminó, en la tarde del martes, con la vida del interno Mario Guillermo Cáceres de 28 años, quien dejó de existir a causa de haber recibido dos profundos chuzazos provocados con una faca. Por el hecho está sospechado otro preso condenado por un homicidio. El incidente ocurrió cerca de las 18, luego de que se produjera una feroz pelea en un sector interno de la Unidad Penal Nº 1. Tras varias medidas, hay un detenido de apellido Capdevilla que está severamente sospechado de ser el autor del homicidio. Cáceres se encontraba condenado cumpliendo una pena de ocho años de cárcel por el delito de Robo calificado por el uso de arma de fuego. En el sector donde ocurrió la pelea se conoció que había cuatro personas que vieron y participaron de la discusión entre Cáceres y, aparentemente, Capdevilla. El enojo se habría manifestado luego de que se reclamara por la no llegada de un cargador de celular que debería haber ingresado un familiar días pasados. Tras el fuerte cruce verbal hubo una pelea que avanzó con la aparición de una faca, que fue utilizada para aplicarle dos profundos cortes en el abdomen a Cáceres, quien prácticamente cayó sin vida en el interior del pabellón. Rápidamente personal del Servicio Penitenciario tomó el sector y el médico de la UP Nº 1 constató que el penado yacía sin vida. El juez de Instrucción Ricardo Bonazzolla llegó hasta el Penal y ordenó al personal de la División Homicidios de la Policía y del Servicio Penitenciario avanzar en la investigación que derivó en apartar de la población carcelaria a los cuatro internos compañeros. Con el correr de los minutos se conoció que hubo una acusación hacia uno de ellos de parte de los tres restantes, que lo dejaron muy mal parado. El acusado, se alertó desde el Penal, es Nicolás Capdevilla de 21 años, quien fue condenado en julio de 2010 a la pena de 16 años tras ser encontrado culpable por la Sala Nº 2 de la Cámara del Crimen en el homicidio de Sebastián Berlo, de 22 años, quien fue muerto a patadas en el atrio de la catedral de Paraná el 7 de febrero de 2008. El cadáver de Cáceres fue derivado en la noche del martes a la morgue de Oro Verde, donde se le iba a realizar la autopsia. En la requisa se localizó una faca con sangre y tres chuzas más que fueron secuestradas del pabellón. Fugado recapturado Otro hecho que se aclaró fue la fuga producida en la mañana de el mismo martes, de un preso que se encontraba trabajando en el desmalezado de los terrenos del ferrocarril de Paraná. Desde la Policía se informó que Julio Franco, de 56 años, quien se encuentra condenado a perpetua por un Homicidio calificado, decidió escaparse mientras realizaban tareas rentadas. Tras varias diligencias y operativos de parte del personal del Servicio Penitenciario y de la Policía, el reo -condenado en julio de 1992- fue localizado en un camino vecinal que une las localidades de Estación Racedo con Aldea Protestante. El interno fue regresado al Penal de la capital entrerriana.