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as panaderías comenzaron a aplicar subas que van del 12% al 20% en el precio del kilo de pan, como consecuencia de una crisis en la industria molinera que viene agudizándose a lo largo de 2011. La clave central radica en la escasez de harina, y consecuentemente, la suba en el precio en el producto. Los molinos tienen demoras de hasta 15 días en la entrega de un insumo básico para la industria. A eso, se suma un constante incremento en el precio de la bolsa de harina. El Gobierno nacional introdujo en el sector un sistema de subsidios a los molinos, de modo de evitar que el aumento en el precio internacional del trigo se traslade, de modo automático, al consumidor final. Así, los molineros vendían la bolsa de harina a un promedio de 54 pesos. Pero como el pago de las compensaciones se atrasó –algunos dicen hasta 8 meses, lo cual representa una cifra de 2.400 millones de pesos–, los molinos empezaron a retacear las entregas. Y lo que se entrega a los panaderos es harina sin ese subsidio, con lo cual el precio pasó de aquellos 54 pesos a topes máximos de hasta 110 pesos. Claves La situación viene agudizándose desde hace aproximadamente 40 días, según explicó Norberto Toso, secretario del Centro de Industriales Panaderos de Paraná. "El problema central es de abastecimiento de harina, y a raíz del desabastecimiento que hay, lo que se da es una aumento en el precio de la harina, que en los últimos meses subió hasta un 50%", señaló. Desde 2007, el Gobierno destinó a los molinos harineros $ 2.248 millones en compensaciones a la industria molinera. Según datos de la ahora suprimida Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), sólo en 2010 los subsidios a este sector representaron 534,7 millones de pesos. Precisamente, la disolución de la Oncca puso entre paréntesis la distribución de esos subsidios. Aunque el retraso en los pagos de las subvenciones a los molinos se arrastran desde octubre último. Sin subvención oficial, la única harina que se consigue ahora en plaza es la que está a precio de costo, y que duplicó su valor. Los panaderos locales dicen que la situación de agobio castiga con más fuerza a los pequeños negocios, que deben comprar el insumo casi en forma diaria por la nula posibilidad financiera para poder acopiar bolsas de harina. Salida Los panaderos locales han hecho gestiones a nivel político. En abril último mantuvieron una reunión con la senadora nacional Blanca Osuna, aunque saben que la resolución del conflicto es al más alto nivel nacional. Y por eso aguardan una intervención más directa del Gobierno nacional. "Nosotros, desde el Centro, estamos tratando, en la medida que se puede, de hacer gestiones para conseguir que el abastecimiento se normalice. Hemos contactado a distintos molinos para que las panaderías puedan abastecerse de harina. Pero es muy limitado lo que podemos hacer. Estamos procurando armar pedidos en conjunto", amplió Toso. Pero por ahora el abastecimiento de un insumo básico de la industria está lejos de ser el normal: los molinos tardan hasta 15 días con las entregas, y los costos se han disparado. "Está bastante complicado lo que es abastecimiento minorista –apuntó el dirigente–. El pequeño panadero, que se abastece a diario, o cada dos o tres días, pasó a pagar entre 90 a 110 pesos la bolsa de harina. Está muy lejos del precio oficial, que ronda entre los 52 a 53 pesos, que es el precio subvencionado". –¿La falta de un normal abastecimiento de harina ya repercute en el precio del pan? –Es así. Es un problema muy grave el hecho de no saber si hay o no hay harina para abastecerse. Este problema afecta, en mayor o menor medida, a las 300 panaderías que hay en Paraná. Y no es una cuestión que dependa de la industria de panificación. Es un problema de abastecimiento, que se traduce en un aumento del producto. Todos los días hay aumentos. Y esto se tiene que ir trasladando al producto final. Es la única manera de seguir adelante. La dispersión llega hasta el 49% Ir a la panadería, comprar un kilo de pan francés, y pasar por caja y pagar lo que se adquiere muestra, según de qué lugar se trate, que se abona un precio bien diferenciado. No todas las panaderías cobran el kilo de pan en una banda de precios razonables. Los industriales dicen que en la variedad de precios al público inciden muchos factores, sobre todo la dimensión del negocio. Un relevamiento que se efectuó el lunes en distintas panaderías, algunas incluso separadas entre sí por algunas pocas cuadras, evidencia una marcada dispersión de precios. La diferencia entre un local y otro llegan incluso al 49%. En una panadería tradicional de la ciudad, convertida en un supermercado luego de su absorción por parte de una pequeña industria láctea, el precio del kilo de pan francés pasó este lunes de 7,95 a 8,95 pesos. Pero en otro negocio ubicado en la misma avenida Ramírez el precio del kilo está a 6 pesos. Un local de calle Perú vende el kilo de pan a 6,80 pesos; otra, con varias sucursales, lo comercializa a 7,20 pesos. Cerca del centro cívico, una tradicional panadería de la zona lo vende a 7,30 pesos; y dos panaderías ubicadas en la misma calle, separadas una de otra por cuatro cuadras, tenías diferencias de precios: 7 y 8 pesos el kilo de pan francés.