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a confirmación de boca de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner del llamado a licitación para la extensión del ramal ferroviario en Entre Ríos ha renovado las expectativas en los pueblos del norte entrerriano, que aguardan con ansias el regreso del servicio, más aún en localidades que crecieron y forjaron su historia en torno a la estación de trenes. La iniciativa para reactivar esta línea ferrovial implicará una inversión de 45 millones de pesos que serán financiados por Nación para expandir un trayecto de 215 kilómetros, y que afianzarán el transporte de pasajeros y de carga en todo el norte entrerriano. La refuncionalización del ramal unirá Paraná con Federal, pasando por pueblos que, en gran medida, se formaron a partir de la actividad ferroviaria. Tal es el caso de Ramón Parera, Colonia Avellaneda, La Picada, El Palenque, Cerrito, El Pingo, Hasenkamp, Las Garzas, Alcaraz, Bovril, Sauce de Luna, Don Gonzalo, Conscripto Bernardi, El Cimarrón y Federal. El nuevo recorrido unirá a 16 poblaciones para las que, seguramente, este servicio será esencial, sobre todo si se tiene en cuenta que son poblaciones que tienen un desarrollo social y económico relativo e inferior al resto de la provincia. Esto lo demuestra su propia historia, ya que por este ramal viajaba el doble de personas que por el de Paraná – Concepción del Uruguay. La iniciativa que viene promoviendo la Provincia a través de la Unidad Ejecutora Ferroviaria de Entre Ríos (Uefer), aspira a utilizar este medio de transporte tanto para pasajeros como para carga. Este último aspecto es el que más motivación genera entre la mayoría de los intendentes de las localidades que se verán beneficiadas por la obra; ya que la posibilidad de comenzar a trasladar insumos para caminos y hasta granos es lo que viene motorizando acciones concretas que, en esta primera etapa, están centradas en la manutención de las estaciones y el cuidado de riele y durmientes, con el propósito de acelerar los tiempos, una que vez que desembarquen las cuadrillas. Traslados «Tenemos expectativas muy favorables con este proyecto, porque pensamos que es un paso importante en algo que fue trascendente para el crecimiento de nuestra comunidad que, si bien tiene 124 años, el desarrollo trascendental se dio a partir de la década del 40, con la llegada del tren», reflexionó el intendente de Cerrito, Orlando Lovera. En este sentido, el jefe comunal destacó las posibilidades que abren para todas las colonias cercanas, haciendo hincapié en el aspecto social, debido a que la generación de iniciativas promueve instancias y proyectos que parecían irrealizables. Asimismo, Lovera admitió que la gran motivación es el transporte de carga. «Hace muchos años atrás, cuando para la pavimentación utilizábamos el asfalto triturado que venia del sur de Corrientes teníamos grandes imposibilidades económicas para acceder, por lo que el traslado de cargas será importante para la trama vial urbana y para los caminos rurales», consideró, al tiempo que aventuró la idea de que en un futuro también pueden utilizar este medio para el transporte de granos. «El tren de pasajeros va a ser importante, pero el de carga mucho más», subrayó. Con esta perspectiva vienen realizando tareas de mantenimiento en todo el predio ferroviario; un espacio de 14 hectáreas, donde además hay dos viviendas y un empleado que cuida la estación. «Hicimos la manutención de las vías con la esperanza de que algún día se cumpla este sueño que venimos forjando desde muchos años», admitió. Según contó, los rieles están en muy buen estado, al igual que los durmientes. La ruta 12 cruza por Cerrito, y su trazado dividió a este pueblo con poco más de 5.700 habitantes. En consecuencia, la estación ferroviaria está situada a la vera del camino, hacia el sur de la planta urbana que creció mirando al norte Objetivo Coincidentemente con lo planteado por el intendente vecinalista de Cerrito, en Hasenkamp trabajan con el mismo propósito. «Las expectativas son muchísimas», expresó a esta Hoja el mandatario comunal, Osvaldo Picotti. «Este emprendimiento nos conviene a todos, más aún si desarrollan el tren de cargas, porque este pueblo tiene cuatro empresas cerealeras grandes y proyectamos la utilización de este medio para trasladar la producción», enfatizó Picotti, unificando el criterio que ya barajan otras administraciones municipales incluidas en el ramal norte. En esta localidad del departamento Paraná el ferrocarril fue una pieza clave para el florecimiento productivo y poblacional, y para contarlo quedan un puñado de hijos y muchos nietos de ferroviarios. Hoy, la vieja estación se ha convertido en un centro cultural, y el resto del predio –donado por la familia Hasenkamp– se encuentra en buen estado, a partir del cuidado que ejercieron cuadrillas que se ocuparon del desmalezado permanente y la manutención de los vías y durmientes. «Toda la zona está en perfecto estado, porque mantenemos el lugar y hasta adaptamos los rezagos, porque sabemos que todo ello ayudará a que se trabaje más rápidamente», destacó el intendente radical. Aquí, el pueblo –que ya cuenta con unos 5.000 habitantes– creció hacia el sur de la estación, que se erige en un predio con 100 metros de ancho y 600 de largo. En este punto, hay 15 kilómetros de vía sobre los que avanzar. No obstante, Picotti, remarcó la importancia que revestirá para toda la zona el tren de pasajeros. «Será una forma económica y segura de traslado, más aún con la gran cantidad de estudiantes que pasan por el lugar», mencionó. En consonancia con ello, precisó que en el lugar hay 20 paradas de colectivos diarias, más el traslado que cubren las utilitarias con el servicio puerta a puerta. Lo que la historia dejó El sistema ferroviario fue tejiendo, a lo largo de la historia el entramado social, económico, político, y poblacional en todo el territorio nacional. En este escenario, Entre Ríos no estuvo ajena; por el contrario, con el asentamiento de renombrados estancieros que desarrollaron el modelo agro exportador se fueron construyendo las líneas férreas, que lograron conectar a pequeños caseríos que, producto del paso del tren, fueron conformando su rango urbano. El primer tren que pasó por la provincia unía los pueblos de Gualeguay y Puerto Ruiz, en 1866. En 1883 se sancionó la Ley de construcción del Ferrocarril Central Entrerriano, que comprendía la diagramación de los ramales partiendo desde Paraná, pasando por Nogoyá y alcanzando Rosario del Tala, para desde allí salir hacia Villaguay y Concordia por el norte, y Concepción del Uruguay por el este. Ciento de personas vivieron y trabajaron en torno a la actividad ferroviaria, y de esta manera los pueblos se fueron construyendo como consecuencia del paso del tren. En consecuencia, cada poblado, cada estación anida historias de vida, de trabajo y, sobre todo, de ilusiones. Luchessi descree de los anuncios En la ciudad de Federal, en le década del ‘70 más de 300 personas estaban empleadas en ferrocarril, que funcionaba a pleno, como una fuente de ingreso importante, sobre todo por el punto estratégico que supone para esta localidad la cercanía con el sur de la provincia de Corrientes, al tiempo que está situada a mitad de camino entre Concordia y Paraná. El intendente, Juan Carlos Luchessi, es consciente de ello, pero descree de la iniciativa que aspira devolverle a este sistema de transporte el lugar que supo ocupar y perdió en la década del ‘90. «Expectativas no tenemos muchas», comenzó diciendo. «Creo que es una mera información electoralista, porque hemos vivido instancias similares en Federal donde tiempo atrás, con 25 personas, limpiamos la red ferroviaria y no pasó nada», recordó. El mandatario radical fustigó con dureza el proyecto y consideró que la puesta en marcha de todo este sistema requiere acciones que distan de los deseos y anuncios efectuados recientemente. «Con anhelos y plata sobre la mesa esto no se arregla, sino con un el espíritu de darle la importancia y el lugar que tuvo en otro momento de la historia del país, donde era un medio de transporte económico que se utilizaba en todas las provincias», reseñó. La ruta 127 dividió a la ciudad de Federal por la mitad. La Estación Central está pegada a este camino en el noroeste de la ciudad, zona que otrora había alcanzado un desarrollo más próspero que el resto del sector urbano; luego, con el paso de los años y el desmantelamiento fue cambiando radicalmente su fisonomía. Hoy, en el predio viven dos familias de ferroviarios que cuidan el lugar donde, tiempo atrás, contemplaron la posibilidad de radicar un destacamento policial. «Acá el ferrocarril fue muy importante», insistió. «Llegó a emplear a más de 300 personas, y hoy pretenden lo mismo con un puñado de cinco empleados», criticó. «Los camiones cambiaron la forma de moverse, a pesar de ello, estoy de acuerdo con la reactivación ferroviaria, pero de una manera más seria, que dista de la forma en la que lo están realizando ahora», desaprobó finalmente.