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e la redacción de INFORME DIGITAL Cristina Fernández de Kirchner promulgó la ley de medicina prepaga que involucraría a no menos de cuatro millones de personas. Desde las empresas existe preocupación porque ahora deben aceptar a pacientes con enfermedades preexistentes y también a personas de la tercera edad. Carlos Berlo, director de Cirme dijo a radio f5 que “si se analiza lo que pasó con esta ley, que no es novedosa en cuanto a las prepagas chicas como Cirme, para la mayoría de estos aparentes nuevos articulados ya hay leyes colaterales planteadas por ejemplo para la discapacidad y las prepagas chicas como Cirme, ya veníamos respetando eso”, repitió. Berlo reconoció que “hay puntos difíciles de analizar, como el ingreso de mayores de edad o de aquellos que tengan una enfermedad preexistente”. Y recordó que como pasa en otras empresas, “nosotros no aplicamos aranceles diferenciados para mayores de edad que están dentro del sistema, en algunos casos se ha tenido que hacer una supraselección con algunos afiliados que quisieron ingresar con más de 60 años”, y esto lo hicieron “en protección del sistema, porque si bien Cirme Paraná es sin fines de lucro, es un sistema solidario, así que los controles son para velar por la seguridad del sistema, con este articulado podría cuestionarse este punto”. Lo que preocupa a los empresarios es claro y Berlo lo ejemplificó: “con esta ley, una persona que quiera operarse de la vesícula, ingresa, paga $200, se opera y se da de baja, y dentro del sistema gastó $3.000, por ejemplo, estas cosas no están claras”. Por ello subrayó con otro ejemplo que “nadie va a chocar el auto y al otro día va a ir a asegurarlo y se lo van a pagar, esto no sucede con ningún tipo de sistemas y debería suceder según la ley, con la medicina prepaga”. “El Programa Médico Obligatorio, nosotros lo aplicamos desde el inicio, está dado exclusivamente para prepagas, no participan de esto las obras sociales gremiales ni provinciales, en esta ley no tienen obligaciones”, criticó. En este punto Berlo observa “una de las pequeñas perversiones que tiene el sistema”, ya que “un afiliado joven que ingresa al sistema tiene una cuota social baja para la prepaga, si se analizaran los aportes que realiza ese mismo individuo trabajando de manera profesional o con buenos ingresos, aportaría mucho más dinero a la obra social gremial que no le da esta cobertura a lo que sería una prepaga”. “La prepaga con menos dinero, debería darle muchos más servicios y las gremiales generan muchos interrogantes”, disparó.