E
l promedio de producción de 10 millones de toneladas anuales que se viene manteniendo en los últimos años recibió el impacto positivo de la construcción de la doble vía en la ruta nacional 14. Obras viales y civiles y también el boom de la construcción en el sector privado movilizan como nunca antes a la actividad minera en Entre Ríos. Y el sector se prepara para abastecer con distintos materiales el pronto inicio de la transformación de la ruta 18 en autovía. La actividad genera unos 1.350 empleos directos, a los que hay que sumar los indirectos: transporte, mecánica, logística y apoyatura en trabajos de extracción. Las empresas del sector que operan en territorio entrerriano son 100. Aunque hay una importante variedad, el producto destacado es la arena. A raíz del crecimiento sostenido de la construcción, se llegaron a comercializar casi 4 millones y medio de toneladas anuales. Le sigue el suelo seleccionado, que se usa en obras viales. Por la cantidad de rutas y caminos que se construyen o se mejoran en la provincia, aumentó el número de empresas dedicadas a la extracción y comercialización y se alcanzó un volumen de 3,5 millones de toneladas, es decir el triple de los valores correspondientes a algunos años atrás. Variedad De las explotaciones situadas en la costa del río Paraná se extrae principalmente yeso y también broza, arena silícea y arcilla. Del lado del río Uruguay la geología cambia: allí se destacan las explotaciones de canto rodado –de donde se saca el ripio para mejorar caminos– y también de basaltos, algo de broza y algunas rocas de aplicación. En Entre Ríos, por las características geológicas, no hay minas, sino canteras y yacimientos a cielo abierto de minerales y rocas no metalíferas. La zona de mayor extracción de arena es en el Paraná Guazú, desde la desembocadura hasta la altura de San Pedro. Aunque en la arena se concentra el 50% de la actividad, del suelo entrerriano se obtienen materiales diversos. Por ejemplo, Entre Ríos es la provincia que produce mayor cantidad de canto rodado, que se usa para la construcción pero también, en algunas variedades, para trabajos de orfebrería y artesanía. El yeso que se obtiene de los abundantes yacimientos que hay en la provincia tiene un nivel de pureza superior al 90%. Se utiliza en construcción y también se emplea para la fabricación de elementos de decoración, cielorrasos y revestimientos interiores. A la construcción se destina el basalto, material con altas propiedades aislantes, muy resistente a la humedad y a las altas temperaturas, lo que le asigna usos en la fabricación de vajilla y utensilios, similares a los que se les da a otro material que también se obtiene en Entre Ríos: la arcilla. Cerámicos ornamentales, tejas y ladrillos son algunos de los destinos de este mineral. Los yacimientos de Entre Ríos también se ubican primeros en relación a la extracción de arenas silíceas destinadas especialmente a la fabricación de vidrio. También se aplican como material en algunas obras. En 2010 se extrajeron 300 mil toneladas, por 6 millones de pesos. Ritmo Algunos de los productos obtenidos se comercializan en la provincia. Otros, como el yeso y las arenas especiales, también se exportan a países limítrofes como Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia. Pero es el comercio interno el que da sustento a la actividad. «La inmensa inversión en obras públicas viales y civiles, como escuelas o viviendas, y también el crecimiento de la construcción hacen que la minería entrerriana crezca al ritmo de esas actividades. Somos un reflejo de esa demanda», aseguró Jorge Tomas, director de Minería del Ministerio de Producción de la provincia. «Con la autovía 14 llegamos a un record, ya que superamos los 10 millones de toneladas anuales que se vienen manteniendo hace un tiempo», graficó el funcionario. Y explicó que la proximidad entre las obras y los lugares de extracción es otro valor destacado. «A lo largo de la ruta 14 pueden verse yacimientos que se abrieron justamente para construir los terraplenes», señaló Tomas. Los más de 350 kilómetros de doble vía requirieron especialmente suelo seleccionado, que es tierra con características físicas especiales que la hacen más compacta. El inicio de la obra de la ruta 18 es esperado con expectativa desde el sector. «Seguramente demandará muchos materiales, entre ellos piedra, canto rodado y broza. Volveremos a experimentar un crecimiento importante, a lo que se suma la ventaja de utilizar el ferrocarril para el traslado de los minerales, lo que permite transportar grandes cantidades a bajo costo», destacó Tomas. Impulso y fomento Este 7 de mayo se conmemora el Día de la Minería porque en esta fecha, pero de 1813, la Asamblea Constituyente sancionó en Argentina la primera ley de fomento minero. Se dictaron entonces una serie de medidas tendientes a impulsar la investigación y explotación de las riquezas mineras a partir de las cuales el Estado demostró por primera vez su preocupación por el aprovechamiento de los recursos naturales derivados de la actividad. «La explotación de las rocas y minerales no metalíferos se remonta a esa época y es importante destacar que para esos años la provincia de Entre Ríos ya contaba con una importante infraestructura minera, puesto que se extraían carbonatos para la elaboración de cal, arcillas para la fabricación de cerámicas rojas, yeso para albañilería y distintas rocas de aplicación», señaló Tomas. Cristal y porcelana Entre espinillos y polvillo de broza sorprende una enorme cantera de unos 1.000 metros de diámetro y unos 40 de profundidad. El emprendimiento pertenece a la empresa Cristamine SA, está ubicado en la zona de Aldea Brasilera y de allí se extrae arena silícea, la que se usa para la fabricación de vidrios finos, cristales y porcelana. Entre otros clientes, la firma que explota la cantera entrerriana abastece a la reconocida cristalería Rigolleau, fundada en 1882 para la elaboración de botellas y volcada a la fabricación de artículos de mesa en 1945, año en que se incorporó a la vida cotidiana de muchos hogares argentinos. En el predio, de unas 3 hectáreas, trabajan 8 personas, que se ocupan de la extracción de la arena a través de una bomba y de su lavado para la eliminación de impurezas tales como hierro, algunas piedras y arena más gruesa. El resultante es una arena blanca, fina como talco, que se puede observar en enormes montañas alrededor del pozo central. José Caisso, uno de los encargados del lugar, cuenta que la limpieza de la arena se realiza hasta alcanzar la granulometría –tamaño de los granos de arena– óptima y destaca que todo el proceso se realiza únicamente con agua, sin intervención de ningún tipo de químico. «El agua verde que se ve en el fondo de la cantera es agua de vertiente, a la que cuidamos mucho porque entendemos que no se renueva», explicó. Caisso aprendió el oficio de su padre, que aún concurre a trabajar a la cantera. Y ahora se sumó su hijo, que está conociendo los secretos del rubro. La explotación está operativa desde 1965. Tuvo varios dueños, pero ahora pertenece a Cristamine, firma de la provincia de Buenos Aires, que además posee otra cantera en la zona de Ibicuy de la que se extrae otro tipo de arena utilizada en vidrios para la construcción, como por ejemplo vidrios para ventanas y puertas o parabrisas.