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omo cada año en alguna de las primeras noches de mayo, ese espectáculo natural que es el cielo tiene preparada para la madrugada del viernes una función especial. Entre las tres y las siete de la mañana habrá una lluvia de estrellas fugaces particularmente torrencial y relacionada con el famoso cometa Halley. El fenómeno, que será mucho más perceptible desde zonas rurales con poca iluminación artificial que en las grandes ciudades, se conoce como Eta Acuáridas, y es en rigor una lluvia de meteoritos. Para observar este show natural no será necesario instrumental alguno. Alcanzará con mirar las estrellas a cara limpia, desde un lugar lo menos iluminado posible. Los especialistas recomiendan ponerse cómodos (en una reposera, por ejemplo) y dirigir la vista hacia el punto más alto del cielo (perpendicular al suelo), allí donde el firmamento está más oscuro. La observación de este acontecimiento no presenta ningún riesgo para la salud, y resulta más efectivo percibirlo sin usar un telescopio, ya que ese instrumento abarcaría zonas reducidas, cuando las estrellas fugaces podrían aparecer en cualquier momento, en amplios sectores del cielo. La lluvia está ocurriendo desde hace ya algunos días, pero será en las primeras horas de mañana viernes cuando alcanzará su mayor intensidad y será más visible, siempre que las nubes lo permitan (hasta anoche se esperaba cielo parcialmente nublado en las primeras horas del viernes). Mariano Ribas, coordinador del área de Astronomía del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires, pronosticó que durante las cuatro horas de mayor visibilidad del acontecimiento, desde zonas urbanas podrían verse entre tres y cinco estrellas fugaces por hora, mientras que desde zonas campestres podrían aparecer en el cielo entre 15 y 30 meteoritos por hora (hasta uno cada dos minutos) . Sin embargo, estos son valores promedio y lo que en concreto podría ocurrir es que se den seguidillas de varias estrellas fugaces entre largas pausas sin novedades. Lo que aparecerá en el cielo serán destellos de luz, con trayectorias de largos, brillos y colores variables, visibles apenas por unos instantes, aunque es posible que algunos dejen una estela antes de desaparecer por completo. La lluvia de meteoritos Eta Acuáridas se produce a comienzos del mes de mayo de cada año, cuando la Tierra cruza la órbita del famoso cometa Halley, una franja en el espacio sembrada de diminutas partículas que el cometa va dejando a su paso. Cuando esos cuerpos ingresan a la atmósfera terrestre, a velocidades que pueden superar los 100.000 kilómetros por hora, entran en combustión por la fricción con el aire y, aunque esa incandescencia se produce a unos 90 kilómetros del suelo y las porciones de materia involucradas tienen el tamaño de un grano de arena , se produce un brillo que se percibe desde la Tierra. A lo largo del año ocurren varias lluvias de meteoros (más de 30), pero la lluvia Eta Acuáridas es una de las que ofrecen el mayor espectáculo para los que se animen a quedarse en vela y a desafiar el frío de la madrugada (se esperan unos siete grados).