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a Agrupación Rojo y Negro, que en 2009 accedió a la conducción del mayor sindicato docente en la provincia, la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) luego de un cuarto de siglo de hegemonía por parte de la Lista Celeste, se acaba de partir en dos: un grupo de dirigentes decidió saltar el cerco y, aún cuando todavía no lo digan en voz alta, tienen la firme intención de conformar una nueva agrupación sindical. El nombre que circula sería el de Paulo Freire –en alusión al pedagogo brasileño—aunque todavía no ocurrió ningún bautismo sindical. El portazo se dio en muy duros términos. "La conducción Rojo y Negro ha perdido el rumbo. No sabe dónde está parada. No sabe cómo pararse frente a la patronal, frente a todo lo que pasa en el país", resumió Alejandro Marcone, secretario gremial de la seccional Concordia de Agmer, uno de los firmantes del pedido de renuncia que el miércoles se presentó, Entre los que se fueron está también Manuel Gómez, secretario gremial de la seccional Paraná. La Rojo y Negro, con César Baudino a la cabeza, desplazó en 2008 de la conducción de Agmer a Sergio Elizar y los celestes, aunque el recambio fue traumático: durante tres meses hubo impugnaciones, anulaciones y presentaciones en la Justicia, hasta que en febrero de 2009 recién se oficializó a la lista ganadora. Así, la administración del gobernador Sergio Urribarri debió batallar con un gremio que endureció posturas y no cesó con un conflicto que, desde entonces hasta ahora, no ha tenido respiros. El posicionamiento de Agmer llevó a una pelea continua con el Poder Ejecutivo en torno a la insatisfacción gremial con los ofrecimientos de aumento salarial, aunque los sucesivos paros docentes chocaron con la cerrada posición oficial de no pagar los días no trabajados. Eso mismo reprochó Marcone. "El sindicato sólo ha funcionado para las reivindicaciones salariales, pero para nada más", señaló. "Hacemos agua en muchos temas. Se han puesto todas las fichas en lo salarial. Además, hemos llevado adelante planes de acción que no se condicen con lo que quieren los docentes –aseveró el dirigente concordiense--. Hemos hecho paros inútiles, que han llevado a que el docente deba soportar descuentos salariales. El paro es una herramienta de una estrategia general. Pero no puede ser la única estrategia". Escenario político Los idos de Agmer se van de la Agrupación Rojo y Negro, dicen, por "diferencias políticas", y varios de ellos se van por su pertenencia al kirchnerismo. "Tenemos diferencias en cuanto a las políticas metodológicas, en la caracterización de la patronal, del momento político que se está viviendo, y también con las formas de encarar las distintas demandas", arriesgó Marcone. La nota de alejamiento de la agrupación que firman 21 dirigentes de los departamentos Paraná, Concordia y Uruguay plantea que la dimisión a la Agrupación Rojo y Negro se dio "luego de haber debatido profunda y reflexivamente" la decisión. Al respecto, aseguran que la desvinculación se dio a raíz de "profundas e insalvables diferencias que con el correr del tiempo se han presentado evidentes y notorias", y que se relacionan "con la metodología y/o caracterizaciones en los campos de la lucha tanto estrictamente gremial, como así también de la coyuntura económico social latinoamericana, nacional y provincial". Los rebeldes cuestionan de la actual conducción de Agmer "las definiciones y alianzas políticos - sindicales que, a nuestro entender, están lejos de los intereses del campo popular". Aunque ninguno de los renunciantes, miembros de conducción de seccional y congresales, se mostró dispuesto a dejar sus cargos. El miércoles, no bien se hizo pública la nota de renuncia, el listado de los disconformes se iba engrosando con el correr de las horas. Un prescindente que cambia de posición La seccional Federal de Agmer, conducida por la Agrupación Ñandubay, antiguo aliado de la Rojo y Negro, se ha mantenido prescindente de las disputas internas del gremio. El referente principal de Ñandubay, el secretario general de Agmer Federal, Francisco Nessmann, recordó que se alejaron de la Rojo y Negro "cuando dejó de ser pluralista". Nessmann formó parte del grupo fundacional de la Agrupación Rojo y Negro, en 2003, y hasta integró la minoría en la conducción provincial del sindicato cuando estuvo hegemonizado por la lista Celeste. Pero después dio un paso al costado. "Creo que perdieron debate de la realidad. Entraron en cuestiones fundamentalistas. Quedaron en lo testimonial. Hay una distancia muy grande entre la realidad del día a día y lo que piensan los dirigentes de la conducción provincial de Agmer", fustigó. Nessmann ahora está en un camino de vuelta, en procura de involucrarse en la realidad interna de Agmer, de la que se había mantenido al margen. "Jamás planteamos que la Rojo y Negro sea esto", subrayó. Lo inmediato es la renovación de autoridades en Agmer, que se dará en noviembre próximo, que Nessmann vislumbra como un tiempo de "alianzas políticas, antes que gremiales". En ese camino, ya la Ñandubay ha comenzado a sondear el terreno con vista a alguna eventual confluencia con la lista Blanca, que conduce la seccional Victoria, la primera experiencia de oposición a la lista Celeste de Agmer, anterior a la Rojo y Negro. Pero también las conversaciones alcanzan a un sector del departamento La Paz, particularmente Santa Elena. --O sea que la Ñandubay puede ponerse a la cabeza como una eventual tercera fuerza, entre la Celeste y la Rojo y Negro, para las próximas elecciones. --A mí en lo personal, y a Federal en lo agrupacional, lo ponen a la cabeza como la verdadera oposición en los últimos tres años. Me están poniendo una escalera.