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e la redacción de INFORME DIGITAL Existe una conjunción de factores que llevaron a una cantidad inusitada de roedores a aparecer de pronto en las islas del departamento Victoria. Si fue la crecida del Paraná, la falta de depredadores o un fenómeno enigmático, deberá estudiarse luego, ahora, el Estado afronta lo que es la amenaza de un animal que transmite enfermedades muy peligrosas al ser humano. “Estamos hablando de situaciones límites, hay dos muertes por hantavirus y hace un tiempito atrás, uno por leptospirosis”, recordó César Baudino, secretario general de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) en diálogo con radio f5. Ante esto, “los compañeros docentes de las islas, porque hay 11 escuelas en 360.000 hectáreas, se sienten rodeados, parece una película de terror, a los pescadores los bichos le comen las redes y los pescados, a la Prefectura se le tiran las ratas dentro de las embarcaciones, cuestiones de este tipo que uno ni se imagina”. Baudino contó que “hemos tenido una reunión en la intendencia de Victoria con su titular –César Gracilazo-, con el director del Hospital Salaberry, con la Directora Departamental de Escuelas de Victoria, con Defensa Civil provincial y local, con la Policía y Prefectura, con todas las autoridades, porque hasta ayer –por el lunes- trabajaban cada uno con su lado y la idea era articular esto”. “Hicimos una serie de demandas, como por ejemplo, la presencia del Senasa - organismo responsable de garantizar y certificar la sanidad y calidad de la producción agropecuaria, pesquera y forestal-, porque los animales pueden estar contagiados, hemos solicitados barbijos, guantes y botas para los docentes, porque van a realizar relevamientos de las familias”, dijo el gremialista. Al parecer luego de esa reunión “nos hemos enterado que el Estado, que estaba ausente, comenzó a cumplir con estas cuestiones, por lo tanto los compañeros docentes hemos decidido ir”.