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a Asociación de Meretrices de la República Argentina (Ammar) sigue con su objetivo de asegurar mejores condiciones laborales y de vida para las trabajadoras sexuales. Debates filosóficos, ideológicos, morales y religiosos se cruzan en la definición de la prostitución desde que el mundo es mundo. Más allá de esos debates sin saldarse, sólo recientemente, a través de organizaciones como Ammar, surgió la preocupación por las condiciones de esas mujeres que pretenden el acceso a determinados derechos y a la identidad como trabajadoras. En este marco, y en otra iniciativa que apunta en ese rumbo, la entidad, junto a un grupo de artistas, estrenó ayer un “Espectáculo de Cabaret” que tuvo como objetivo presentar la figura de la alternadora, oficio previsto por la legislación laboral que regula el espectáculo público. Ammar, organización de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), encontró en esta labor, reconocida legalmente, la posibilidad de que muchas trabajadoras sexuales puedan acceder al blanqueo, con aportes jubilatorios y acceso a una obra social. Distinto “La idea es presentar y rescatar el cabaret que incluye la figura de la alternadora. Se trata de diferenciar este espectáculo de lo que es el prostíbulo”, explicó Claudia Carranza, referente local de Ammar, en declaraciones a EL DIARIO. ¿Cuál es el fin de subrayar esta diferencia? Que el prostíbulo es un espacio prohibido por la ley argentina mientras que el cabaret es “un espectáculo artístico, nocturno, público, del que fueron parte, por ejemplo, Tita Merello o Lisa Minelli”, dijo Carranza poniendo de relieve la distancia entre una definición y otra. En un lado, las mujeres son pasivas de sanción; en el otro, tienen la posibilidad de concebirse como trabajadoras con los derechos y obligaciones que el blanqueo implica. El borde entre un orden y el otro de las cosas es muy delgado, pero sólo en el cabaret, en el espectáculo nocturno, puede Ammar planificar el acceso a la legalidad para muchas afiliadas así como también plantearlo como una alternativa laboral para quienes hoy quieran liberarse del ejercicio de la prostitución. Distancias “La alternadora no hace trabajo sexual en el cabaret. Su función tiene que ver con estar en las mesas, ayudar a los artistas, podrá sentarse en una mesa con el público, pero la alternadora no ejerce como trabajadora sexual”, aclaró Carranza que puso a resguardo ese oficio de la condición ilegal que porta la prostitución. El espectáculo de cabaret es apadrinado por Pablo Millán. Consiste en una serie de presentaciones breves, de danza, acrobacias, música, propias del estilo del cabaret. “Queremos que las compañeras vean en el espectáculo, cuál es la función de la alternadora porque consideramos que es una alternativa laboral, una manera de dejar de ser NN”, dijo la dirigente de Ammar antes del estreno del espectáculo. Y aseguró que el registro de las trabajadoras sexuales “permite prevenir la trata” y la violencia. Este camino hacia el blanqueo de su trabajo, que ahora intenta Ammar, ha suscitado polémica en algunos puntos del país. Es el caso de algunos municipios de provincias de la Patagonia en las que se investigó el modo en que la figura de la alternadora se constituyó en una trampa. Dueños de prostíbulos encontraron la forma de sostener condiciones de explotación y opresión para mujeres presumiendo “tener en regla” su local. En el municipio de Rosario, en cambio, se tuvo en cuenta ese riesgo y se modificó legislación antigua sosteniendo la figura de la alternadora aunque garantizando condiciones laborales dignas. Las whisquerías en Entre Ríos En el caso entrerriano, y a tono con una política en todo el país de control para evitar la trata de personas, la policía de la provincia creo una división especial para ese delito en 2008. Desde la fuerza, además, se exhortó a los municipios para que legislen “sobre la no habilitación de locales de diversión nocturna” y se pidió “extremar el contralor sobre los ya existentes debiendo adaptarse a la legislación vigente”. Desde Ammar se asegura que, justamente, las previsiones que han adoptado respecto de rescatar la figura de la alternadora en el cabaret se adapta a las normas vigentes. La Municipalidad de Gualeguaychú respondió al exhorto policial con la sanción de una ordenanza que prohíbe la habilitación de locales de diversión nocturna. Fijó un plazo de 24 meses, a partir del 12 de febrero de 2010, para la caducidad de las habilitaciones vigentes para whiskerías, clubes nocturnos, cabaret y similares. La preocupación por la problemática de la trata de personas tiene su razón de ser en Entre Ríos, tanto como que Unicef ubica a la provincia como un eslabón importante en la cadena de explotación de menores en el país, principalmente a través de la Ruta Nacional 14. Actualmente hay en la provincia 82 locales que funcionan bajo el rótulo de whiskerías, cabaret, casas de tolerancia, bares con alternadoras. El número ha descendido en los últimos dos años, producto de la clausura de 11 comercios, cinco que cerraron por disposiciones municipales y uno que cesó en su actividad. Propiedad privada Desde la perspectiva del trabajo, Claudia Carranza pone la atención en otro lugar. Hace notar que la falta de una figura legal para las mujeres que trabajan en espectáculos nocturnos –amén de que esto derive casi siempre luego en el trabajo sexual– deriva en que la whiskería sea el lugar para la explotación de todo tipo que también puede ser explotación laboral. “Nosotras somos 84 compañeras afiliadas, pero todas trabajamos en la calle, por nuestra cuenta. Para nosotras es muy difícil acceder a la whisquería, al cabaret, porque ahí nos tiene que abrir la puerta el dueño que no nos va a dejar entrar porque saben que reclamamos blanqueo y trabajo digno”, subrayó la dirigente. La alternadora Ammar difunde el rol de la alternadora según una definición que, al respecto, hace un convenio colectivo de trabajo firmado en 1975 por el Sindicato Único de Trabajadores del Espectáculo Público con la Asociación de Propietarios de Establecimientos de Espectáculos y Diversiones Públicas; la Cámara de Empresarios de Locales de Expansión Nocturna de la República Argentina; la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías, Bares y Afines de Mar del Plata; la Asociación de Boites de la Avenida Constitución de Mar del Plata; entre otras organizaciones empresarias. El convenio, que rigió para todo el país, definía a la alternadora como: “Toda persona del sexo femenino, mayor de dieciocho años, que perteneciendo al establecimiento, actúe en locales nocturnos, art. 189 Ley 20.744, alternando, bailando, bebiendo con el público asistente o colaborando con el espectáculo, estando las mismas incorporadas a la presente Convención Colectiva de Trabajo”. Asegura el convenio una serie de condiciones laborales mínimas para su desempeño en clubes nocturnos, la provisión de vestuario a cargo del empresario. El convenio contempla una jornada de seis horas “de prestación efectiva y se considerará equiparada a la jornada de ocho horas a los fines salariales”. Garantiza un día de descanso semanal y la previsión de pisos porcentuales para el cobro de comisiones.