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urante lunes, martes y miércoles el establecimiento educativo no tuvo actividad, y lo que se sospecha es que la situación continuará así el próximo lunes. Adriana Garcilaso, miembro de la comisión que trabajó durante años hasta conseguir la construcción de un establecimiento educativo en la zona sureste de la ciudad, contó los problemas se originaron el viernes 18 del actual, y que hasta ahora no han podido solucionarse, a pesar de los reclamos. “Ese día se llenó el pozo negro de los baños, el agua inundó los pasillos y llegó hasta un sector donde hay tres cajas con cables que se llenaron de agua. Se avisó a Dirección Departamental de Escuelas, a la Unidad Ejecutora Provincial y a la empresa que construyó el edificio (Efe Construcciones). La empresa se comprometió a venir, pero hasta ahora no hay solución”, señaló. El edificio se terminó de construir a principios de año, y el comienzo de clases debió postergarse una semana debido a los problemas para designar docentes. La Escuela Garcilaso se levanta sobre calle Vivanco, a 50 metros de avenida Jorge Newbery, y tiene dos niveles, primario y secundario. La superficie cubierta es de 1.750 metros cuadrados y su construcción, con fondos de la Nación, demandó una inversión de 6,1 millones de pesos. En total, ocupa un terreno de 6.546 metros cuadros. Adriana Garcilaso, hija del vecinalista Félix Miguel Garcilaso, promotor de la escuela, señaló que los problemas con los sanitarios se agravaron con desperfectos en el tanque de agua, que obligaron a cortar el servicio de electricidad a todo el establecimiento. Pero no es lo único. “Hay alumnos que escriben en su falda porque no tienen bancos, falta llegar mobiliario, los profesores apoyan sus cosas en una silla o en el piso, porque faltan escritorios, y armarios”, resumió. Al respecto, hizo saber de la “indignación” de la comunidad educativa a raíz de la situación planteada. E hizo notar que cuando los docentes realizan medidas de fuerza, las autoridades reprochan las pérdidas de días de clases. “Acá pierden días de clases por la ineptitud de las autoridades para solucionar de forma urgente los problemas edilicios y mobiliarios”, puntualizó. La Escuela Garcilaso nació con problemas. El lunes 28 de febrero, cuando en la provincia se inauguró el ciclo lectivo 2011, allí los estudiantes no pudieron asistir a clase sino hasta una semana después. El Gobierno argumentó entonces que la falta de tratamiento en la Legislatura de la denominada Ley de Cargos –finalmente aprobada– impedía designar docentes y directivos. Superado ese inconveniente, ahora aparece otro, relacionado ahora con las fallas en el edificio. Pelean por el cierre de un nivel medio La seccional Paraná de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) asumió la representación sindical de un grupo de siete profesores de la Escuela Privada San Antonio María Gianelli que, producto de una decisión de la institución, están con un futuro incierto. Debido a la falta de apoyo económico del Estado, según admitieron desde la congregación Hijas de María del Huerto, responsable de la escuela, este año comenzaron con el cierre paulatino de los tres primeros años del ciclo básico del nivel secundario. De ese modo, la oferta educativa quedará reducida sólo hasta el nivel primario, de primero a sexto grados. Frente a eso, se abre un interrogante respecto a qué sucederá con los docentes de primer año, que este año ya no se dicta, y sobre todo con los recursos que el Estado envía para el pago de salarios. Roque Santana, titular de Agmer Paraná, dijo que desde el sindicato iniciaron las gestiones ante la Dirección de Enseñanza Privada del Consejo de Educación para conocer cuál es la situación. “Nosotros queremos saber en qué situación quedan estos docentes, cuyos salarios el Estado aporta. Los docentes quieren seguir trabajando, y que la escuela siga abierta, porque saben que los chicos que terminaron sexto grado y no se han incorporado a ninguna otra escuela secundaria de la zona”, afirmó Santana. Además, recordó que los vecinos y los docentes elevaron un petitorio a la titular del Consejo de Educación, Graciela Bar, que todavía no ha obtenido respuesta.