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as recientes noches de luna menguante y nueva, de considerable oscuridad, han potenciado el ancestral y atávico miedo a las sombras, y han servido en Colón para que corra el rumor -para algunos una leyenda urbana más, para otros un hecho real- que da cuenta de una aparición paranormal en la zona oeste. A una cuadra al oeste del Barrio El Ombú, por calle Alberdi, en la ciudad de Colón, entregado hace menos de un año a los adjudicatarios, se han comenzado a suceder los testimonios de avistamientos de una silueta o sombra monocromática, blanquecina, difuminada, acompañados, a pesar de las altas temperaturas, por la sensación de frío. Primero fue una supuesta aparición en una fotografía tomada por unos jóvenes turistas de Buenos Aires, y después, en las noches del martes y miércoles, se han sucedido los testimonios de una vecina y de unos muchachos, que aseguran que han visto la escalofriante figura, flotando, a un costado , baldío, de la calle Alberdi, a metros del Barrio El Ombú. En la Jefatura Departamental de Policía , en el Comando se han recibido en las últimas madrugadas varias llamadas de vecinos que dieron cuenta de lo que describieron como el fantasma de una mujer joven, y por eso se han reforzado los patrullajes y recorridas por la zona, con paradas más prolongadas allí, pero sin lograr dar con la aparición, publica Elentrerios.com. Los fantasmas En pleno siglo XXI se sigue considerando a los fantasmas como almas en pena que no pueden encontrar descanso tras su muerte y quedan atrapados entre este mundo y el otro, a pesar del desarrollo de una corriente positivista, escéptica y científica, que intenta desacreditar esta superstición, y cuyos representantes más conocidos son ilusionistas como Harry Houdini o James Randi. La creencia general común supone que el alma de un fallecido no encuentra descanso por una tarea que el difunto ha dejado pendiente o inconclusa ("promesa"): así, puede tratarse de una víctima que reclama venganza o un criminal que, por alguna causa, (haber sido enterrado con símbolos sagrados, por ejemplo) ve diferido su ingreso en el purgatorio o infierno. En la mayoría de las culturas contemporáneas, las apariciones de fantasmas están asociadas a una sensación de miedo y son fuente importante de estudio de recién nacidas pseudociencias, como la parapsicología. El caso reciente en San Benito Una aparición similar a la de Colón, de una mujer, fue vista no hace mucho tiempo en la ciudad de Paraná cuando un chofer de la Línea 20 (que transita desde San Agustín a avenida Jorge Newbery) apagó las luces del coche como señal de que había finalizado el recorrido. Pues bien, a lo lejos divisó a un hombre que le hacía señas y que él conocía, y al que le permitió subir aunque el coche ya estaba fuera de servicio. Según el relato de un familiar directo del colectivero, "ambos vieron a una mujer rubia, joven, de piel opaca, ojos rojos, cabello desaliñado y muy mal olor, que recorría el pasillo en penumbras, desde el fondo del colectivo. De prisa, la mujer se acercó al chofer y mirándolo fijamente a los ojos abrió la bolsa que llevaba en sus manos". El familiar del chofer de la línea 20, mencionó que los hombres se horrorizaron al ver una cabeza humana dentro la bolsa. En ese instante, la fantasmagórica mujer le habló al chofer y le preguntó cuál era el fin del recorrido porque ella debía cruzarse a otro colectivo, aseguró la fuente consultada. La extraña aparición dejó al colectivero sin palabras y el espectro desapareció en el cruce de Avenida Jorge Newbery y la Ruta 12, cercana al acceso al Cementerio de San Benito. Consternados, el chofer y su pasajero no pudieron contener el miedo y pidieron ayuda a sus compañeros de la Empresa Mariano Moreno. Cuando llegó el auxilio, los dos hombres estaban descompuestos por lo vivido, el timbre del vehículo sonaba por momentos, el GPS se apagó y las puertas se abrían y cerraban sin ser accionadas por nadie. La joven pálida había desaparecido en la oscuridad. El transporte público, en ese momento, fue conducido por un mecánico que debió bajar en Miguel David y Caputo debido a los insoportables y constantes timbrazos que lo atormentaron durante el camino. Los hombres fueron trasladados hacia la terminal de la empresa, en el vehículo que auxilió al colectivero. Sin embargo, la pesadilla no había terminado: Cuatro días después de la aparición, el pasajero prefiere mantenerse en silencio. Mientras, el chofer pidió licencia hasta junio del año pasado porque – según confesaron sus familiares – no podía conciliar el sueño "desde aquel horroroso momento, que no puede borrar de su memoria". Tocaba el timbre solo, la máquina de GPS se descompuso. Cuando pasó Miguel David y Caputo era insoportable continuar por los timbrazos. Este extraño suceso se vincula con una aparición de aspecto femenino conocido como "La Dama de Blanco" o "La llorona".