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arisa Volpattorni estuvo, hasta el lunes, en el cargo de rectora de la Escuela Cesáreo Quirós, que funciona en los viejos galpones de la estación de trenes de Paraná. Se fue afligida por el bolsillo: “Como rectora me pagan por 25 horas cátedra, y siendo profesora, tengo 36 horas cátedra, así que en un cargo directivo pierdo plata; entonces, vuelvo al aula”, cuenta. Y cuenta, también, que reorganizar a los docentes, aprender los nuevos contenidos, asignar las horas de la nueva escuela secundaria, que arrancó este año en Entre Ríos, ha sido bastante difícil. “Todas las escuelas estamos así, con un desastre con los horarios”, afirma, y por eso la primera semana los alumnos tuvieron menos horas de clase por una razón de organización: no han conseguido todavía cubrir las horas de las nuevas asignaturas con docentes idóneos. El camino sería llamar a concurso, o cubrir las horas prescindiendo de ese mecanismo, con la aprobación de un proyecto, pero no todas las escuelas quieren dar ese paso. “No queremos llamar a un docente a trabajar, sin tener la seguridad de que a fin de mes va a cobrar el sueldo. Queremos que nos den esa seguridad”, dice la docente. Todo nuevo Los trastornos son propios de todo cambio, admiten desde el Consejo General de Educación (CGE), a la vez que aseguran que en diez o quince días los inconvenientes quedarán superados y ya no habrá horas libre en la secundaria por falta de docentes para cubrir las distintas cátedras. El cambio es la transformación curricular del nivel secundario. Este año todo el trayecto de la escuela secundaria será obligatorio en Entre Ríos, pero a esa mutación organizacional, se le sumará otro, más profundo, que es el cambio en los contenidos. La reorganización empezó en 2010, en 67 escuela piloto de toda la provincia –50 estatales, 17 privadas—pero este año se generaliza a todo el sistema. La escuela secundaria otorgará en Entre Ríos un único título de bachiller, en seis grandes ramas, Ciencias Sociales, Humanidades, Ciencias Naturales, Administración y Economía, Artes y Comunicación. Para eso, cada escuela debió escoger una orientación determinada, y además, el aspecto más complicado, reorganizar a su planta de profesores en función de las nuevas asignaturas que ahora existen. Esa tarea todavía no está concluida, aunque muy avanzada. En camino Marcela Mangeón, responsable de la transformación curricular de la escuela secundaria, señala que los problemas que ahora surgen en las escuelas no son propios de los cambios operados este año, sino que suelen ser corrientes en cada inicio de ciclo lectivo. “Lo que pasa es que la provincia no tiene el número necesario de docentes titulados en la cantidad que se requiere”, sostiene. Los problemas se centran en los quintos y sextos años, añade. Pero se trata de contratiempos solucionables, aclara Mangeón, por cuanto en caso de que no haya docentes con credencial, el requisito sine qua non para concursar, se puede incorporar profesores a partir de la presentación de proyectos para una materia específica, cuya evaluación le corresponde al consejo institucional de cada escuela. Y respecto de la falta de los cuadernillos con las orientaciones curriculares, aseguró que se distribuyeron 4.000 ejemplares en toda la provincia, y que en dos semanas más, se enviará otra tanda. Pero no todos están conformes. En Concordia, mientras, la situación es de zozobra. Eso plantea Alejandro Marconi, rector de la Escuela Nº 20 Juan Lavalle, donde las clases en el nivel secundario recién comenzarán el miércoles 9. “El problema principal es la infraestructura, por la falta de aulas y de cargos. Y también porque se hizo una reforma en un año cuando debió hacerse a largo de cinco años”, explica. Por lo tanto, “por más que empiecen las clases, en el departamento hay decenas de miles de horas sin adjudicar porque no se han hecho los concursos. Los alumnos no tienen profesores porque son materias nuevas, que no se sabe cómo cargar en el sistema informático para que, a fin de mes, ese docente pueda cobrar”, sostiene. Otra realidad cuenta Laura Zorzoli, rectora de la Escuela Nº 44 Enrique Berduc, que funciona en el Complejo Hogar Escuela Eva Perón, que la última semana estuvo a punto de suspender las clases por falta de aulas. La situación se superó por medio de una salida sui generis: mientras el establecimiento esté en obras, dictarán clases en las habitaciones del complejo que habitualmente alojan a distintas delegaciones que visitan la ciudad. Acomodados así los 520 alumnos, dice Zorzoli, la implementación de la nueva secundaria no les ha generado problemas. “Nosotros pudimos implementar los cambios sin inconvenientes. Reubicamos a todos los docentes, y la orientación que tendrá la escuela fue fruto del consenso con todos los alumnos. Se eligió la orientación en Ciencias Naturales, y presentamos un proyecto para que podamos otorgar la tecnicatura en Educación Física, de modo que los chicos tengan una salida laboral. Acá no quedó ninguna hora libre, y además se continúa con el dictado de talleres, de gastronomía, de carpintería, de herrería y de lecto escritura y comunicación”, detalló. Al margen De los 35 mil docentes que hay en el sistema educativo provincial, 22 mil están concentrados en el nivel secundario. Existen 516 escuelas de nivel medio, sumando las diurnas, y las de jóvenes y adultos que funcionan de noche. En Entre Ríos, 130 alumnos cursan algún nivel de la secundaria. (Ricardo Leguizamón. El Diario)