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os consumidores que usan sus tarjetas de crédito y débito para comprar alimentos perdieron entre 5% y 15% de su poder de compra en lo que va del año. Es que los descuentos que ofrecen los bancos y supermercados a los usuarios de tarjeta de crédito y débito cayeron del 25% promedio en diciembre pasado, al 15% en febrero. A esta caída se le suma la reducción de la cantidad de cuotas sin intereses que se ofertan en las promociones. Las familas de clase media y media alta enfrentan así un nuevo desafío para encontrar nuevos trucos que los ayuden en su pelea contra la inflación, sobre todo en alimentos, rubro que según estudios privados registró una suba de precios de 185% desde enero de 2007. Relevamientos realizados para PERFIL por sitios que hacen seguimiento de descuentos dan cuenta que los picos de ahorro con el pago con tarjetas registrados en supermercados en 2010 ya son parte del pasado. “Casi todos los bancos redujeron los descuentos en días fijos en supermercados. La mayoría pasó del 15% al 10% y casi no encontramos de 20%, algo común el año pasado”, dijo Silvia Vargas, fundadora de Rapidescuentos.com.ar. Para el creador de Beneficius.com.ar, Leonardo Flesler, tras un 2010 “muy fuerte” en términos de descuentos, “se ve un decrecimiento” en los porcentajes de ahorro, pero todavía no se alcanza a apreciar mucho entre los consumidores, ya que los bancos prepararon campañas especiales de descuento en la costa atlántica. Sin embargo, Flesler afirma que los supermercados plantean su propia estrategia de descuentos: “Están testeando el mercado para llegar a los que no tienen tarjeta e intentar desprenderse de los bancos”. Las comparaciones de los avisos de los diarios que muestran ambos sitios son elocuentes. Mientras en febrero del año pasado comenzaban las promociones para compras con 12, 24 y hasta 50 cuotas sin interés y hasta 25% de ahorro con crédito o débito, hoy los descuentos son de 15% o 10%, sin cuotas o con tres, y con topes de reintegro. En cambio, hay descuentos, “con todos los medios de pago”, de 30% por la segunda unidad y de 25% sólo para muy pocos productos. En esas publicidades, los bancos casi desaparecen. Si bien bancos y supermercados aseguran que los descuentos “no van a terminarse” y prefieren hablar de “equilibrio” cuando justifican la reducción de los descuentos con tarjeta, los analistas del sector dan otras explicaciones: la suba de costos para los supermercados por la inflación que les reduce márgenes de ganancias, la pérdida de exclusividad entre tarjetas y supermercados, la “guerra de precios” y el hecho de que el “crédito” de la promoción se la lleve el banco, “generan tensión” entre ambos, que en la práctica se transformará en “menos descuentos” y en “promociones de otro tipo”. “Lo que comenzó en la crisis de 2001 como forma de restablecer el vínculo banco-cliente terminó en una guerra de precios que alguien finalmente paga”, explicó Carlos Guerrero, vicepresidente de Kitelab Argentina, que cuenta con entidades bancarias entre sus clientes. Expresó que, para los supermercados, “esta carrera se les hizo insostenible”, aunque “no es fácil salir”. El experto en tendencias de consumo Guillermo Oliveto, director de Consultora W, explicó que “la crisis internacional promovió la aparición de ‘anabólicos’ y descuentos muy fuertes en 2010, y ahora se entiende que hay que desactivar progresivamente la ecuación”. Sin embargo, destacó que no “habrá un cambio total” sino “un nuevo esquema de descuentos basado en la fidelización y en mensajes teleridigidos”. Coincide Carlos Velasco, director de Comunicaciones Carrefour, para quien “la pérdida de fidelidad que generan” los descuentos especiales con los bancos deben ser compensados con “más alternativas de medios de pago”. La cadena tiene contrato con cinco bancos y este mes innovó con Promo Libre, “que les da a los clientes la libertad de elegir sobre qué productos aplicar el (15%) de descuento” y con qué tarjeta pagar. Ahorro y consumo El boom de descuentos durante 2010 tuvo una doble consecuencia: cambios en los hábitos del consumidor y la aparición de nuevas alternativas de ahorro. “El consumidor actual es un ‘oportunista compulsivo’, mezcla de la década del 90 y la necesidad de hacer valer el dinero de la crisis”, opinó Guillermo Oliveto, de Consultora W, y agregó que, “a diferencia de 2001, hoy se utilizan mecanismos de ahorro no para guardar dinero, sino para potenciar el poder de compra.” Roberto Ripari, gerente de Marketing de Santander Río, añadió que “ya nadie teme preguntar antes de sentarse a comer si está vigente un descuento; está incorporado”. Aseguró que éste año se incluirán más rubros a las promociones. Desde BBVA Banco Francés, Gonzalo Beigbeder, gerente de Alianzas Estratégicas, dijo que “está cambiando la forma de comunicarse” con la gente, y destacó el éxito del servicio Francés Go, que llega con descuentos a 200 mil clientes segmentados. Los cupones impresos u on line, clubes de descuentos en Internet, tarjetas de fidelidad, promociones personalizadas, el combo de productos y el regreso al canje de puntos son otras de las nuevas formas de ahorro en la compra. * Por Pedro Ylarri