L
a fiesta privada más convocante del país, la Fiesta de Disfraces, que cada mes de agosto se realiza en Paraná, tuvo, en 2010, una asistencia récord, entre 40 mil y 50 mil personas, y también la llegada de inspectores del Ministerio de Trabajo que, en el marco del operativo de fiscalización del plan de regularización del empleo, relevó en qué situación laboral estaban los que estaban trabajando allí. Los inspectores fiscalizaron a un total 12 empresas y 122 trabajadores, de los cuales el 74% no estaba registrado. O sea, tres de cada cuatro, en negro. Este panorama no es nada nuevo: el 28,8 % de los trabajadores en Entre Ríos no está registrado, lo que ubica a la provincia por encima de la media nacional en empleo en negro, según estadísticas oficiales del Ministerio de Trabajo de la Nación. Aquella fiesta que ha puesto a Paraná en el calendario turístico nacional es sólo un botón de muestra de lo que sucede hacia el interior del empleo privado en la región. Un informe elaborado por la cartera que a nivel nacional conduce Carlos Tomada indica que mientras a nivel nacional la media del trabajo no registrado se ubica en el 26,4%, en Entre Ríos trepa al 28,8%, dato que surge de los sucesivos operativos de rastrillaje. Cuántos son Una ley sancionada en 2004, la Nº 25.877, creó el Sistema Integral de Inspección del Trabajo y de la Seguridad Social, con la misión otorgada al Ministerio de Trabajo de la Nación de controlar y fiscalizar el cumplimiento de las normas del trabajo y de la seguridad social en todo el país, y específicamente combatir el empleo en negro. Uno de los mecanismos para hacerlo es a través de operativos sorpresa de fiscalización en distintas ramas de la actividad laboral privada. Es que aún cuando los empleadores están obligados a declarar cada nuevo empleado que incorporan a sus empresas, en la práctica eso no se da regularmente. El último dato disponible, que corresponde al segundo trimestre de 2010, señala que en Entre Ríos el número total de empleados registrados llega a 129.661 personas, y de ese total, el 28,8% está en negro, con lo cual más de 37.000 empleados no están registrados, y por lo tanto no cuentan con aportes a la seguridad social ni a los sistemas previsionales. Las estadísticas de Trabajo a nivel país indican que la mayor informalidad se da entre los trabajadores menores de 22 años, entre los cuales el 43,4% está en negro. Pero hay otro dato que alarma: el nivel educativo también influye en las condiciones laborales, y así el 41,5% de los que tienen la escuela primaria incompleta no está registrado en su trabajo. Vaivenes La última medición de la Dirección de Estadística y Censos de Entre Ríos mostró un quiebre en una tendencia que se había notado en el último año: el empleo privado dejó de caer, y comenzó una lenta recuperación. En el tercer trimestre de 2010 se produjo un aumento del empleo, del 0,9% con respecto al trimestre anterior, luego de tres trimestres consecutivos de descenso sostenido. Una mirada hacia el interior de ese indicador revela que los incrementos se registraron en los sectores de la industria manufacturera, y comercio y servicios, con un 0,6% y un 0,8%, respectivamente; en tanto que el sector de la construcción, el más dinámico de los últimos años, experimentó una baja del 2,6%. Esos aumentos en la mano de obra se dieron, así: en las firmas de 5 a 49 trabajadores el incremento fue del 0,5%, y del 0,6% en las de 200 y más empleados; en las empresas medianas, con un número de trabajadores de 50 a 199, en promedio no tuvieron variaciones en la cantidad de personal. Un indicador que sí ha venido mejorando, y de modo sostenido, es la regularización de los trabajadores en negro en la provincia, hecho que se constató luego de los operativos de control de Trabajo. Una estadística elaborada por el organismo nacional señala que la tasa de regularización (o sea: el porcentaje de trabajadores que al momento de la fiscalización no contaban con la clave de alta temprana y les regularizaron esta situación por efecto de la inspección) pasó del 32,3% en 2005 al 46,2% en 2010. Es decir que sólo las inspecciones en terreno, y la amenaza de sanciones económicas, hacen que los empresarios pongan las barbas en remojo y regularicen a toda su planta de personal. (Fuente: El Diario - Por Ricardo Leguizamón)