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mpleados de algunas secciones de la empresa Sagemüller Sociedad Anónima realizaron un paro de actividades por salarios y adicionales adeudados. La medida de fuerza por tiempo indeterminado la tomaron este sábado por la mañana en una asamblea de la que participaron trabajadores nucleados en la Unión de Obreros Molineros Argentinos (UOMA) y Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre). Los trabajadores se habían reunido hace unas semanas con los directivos de la firma, de quienes se llevaron el compromiso de un pago parcial de lo adeudado para este fin de semana. “Uno de los muchachos llegó a la planta. Venía del cajero y nos contó que sólo había depositado 500 pesos, cuando en realidad no deben el mes de diciembre y el aguinaldo. Ahí nomás es que decidimos hacer la asamblea”, contó el delegado provincial de Uatre, Roberto Planes. Otros tantos empleados del molino harinero, fábrica de alimento para mascotas y la arrocera piden también una suma adicional de 600 pesos y la quincena de enero. El paro por tiempo indeterminado puesto en marcha el sábado incluye la quita de colaboración. La medida se resolvió luego de una reunión realizada en uno de los playones de la empresa y fue comunicada a referentes de la firma por los dirigentes gremiales Aurelio Geettig de UOMA, Planes y el secretario general de la UOMA a nivel nacional, Carlos Alberto Barbeito, quien estuvo en Crespo. “Seguiremos sin producir hasta que se nos pague lo adeudado, porque así habíamos arreglado hace unos días. De acá en adelante vamos a seguir cumpliendo con la presencia en los lugares de trabajo, pero no vamos a mover un pelo”, anunció Planes. La medida seguirá hasta que la empresa regularice lo adeudado, que son aguinaldos y el pago de la primera quincena de enero. Lo que se estaba debiendo de diciembre, se informó que se pagaría el sábado, pero no hubo novedades. La queja de los gremios es que trabajadores se tomaron las vacaciones sin poder cobrar. “Mañana (por este lunes) los trabajadores volverán a presentarse, pero en principio sin cumplir tareas y se volverá a analizar la situación”, agregó el gremialista a esta Hoja. “Nosotros le comunicamos el resultado del encuentro al personal de Sagemüller que nos atendió en representación de la empresa, pero como ellos no tenían facultades para resolver sobre esta cuestión, quedaron en comunicarlo a las autoridades”, contó el sindicalista. Desde la empresa, por el momento, no hubo respuesta. Andar bien Planes se mostró sorprendido por la falta de fondos para pagar salarios. “Me llama mucho la atención, porque la empresa anda muy bien en la producción”, relató. Y agregó: “Ni lo problemas del trigo trajeron inconvenientes en el abastecimiento. La verdad no es cual es el motivo para no pagar”. En la planta de Crespo, hoy también funciona el frigorífico avícola que cerró en los duros días de 2002. El capitulo más oscuro de la historia de la firma fue el 31 de enero de 2002, cuando los 179 trabajadores de la planta procesadora de pollos comenzaron a recibir los telegramas de despidos. Para Sagemüller el negocio avícola representaba en el año de la crisis, antes de la devaluación, cerca de un cuarto de la facturación anual de todas las empresas de la firma. En 2001 alcanzó a facturar unos 120 millones de pesos. La compañía está conducida hoy por la tercera generación del fundador, don Otto Sagemüller, quien poco tiempo después de haber llegado de Alemania en 1896, comenzó las actividades como compañía independiente en la ciudad de Crespo. El cierre del frigorífico significó un duro golpe para la población, que era hasta hace unos años una pujante localidad, con 15.000 habitantes, en su mayoría descendientes de los alemanes del Volga. Ante esos tumultuosos días de 2001, la empresa venía repitiendo y advirtiendo que hacía un tiempo la planta de pollos estaba siendo subsidiada con otras divisiones que la firma tenía en otros lugares. Con la implosión de la crisis, el cese de actividades para el frigorífico fue sin anestesia. (El Diario)