L
a irregularidad en su distribución y sus milimetrajes fue la característica saliente de las últimas lluvias, según el último reporte elaborado por el Sistema de Información de la Bolsa de Cereales (Siber). En el mapa, por ejemplo, se aprecian con claridad algunos sectores del sudeste y otros del norte que fueron favorecidos por el despliegue de algunas celdas de tormenta que dejaron milimetrajes más generosos, con una zona más extendida en el sudeste de la provincia. Registros que no forman parte de la red de la Bolsa de Cereales, en tanto, señalan acumulados importantes pero de escala local en el departamento Victoria. El informe del Siber subraya que predominaron los registros bajos, inferiores a los 20 milímetros e insuficientes para paliar las deficiencias pluviales que se arrastran los cultivos desde diciembre. “Las franjas de lluvia más generosas presentan una distribución irregular, típica de eventos convectivos de desarrollo rápido y sin respetar un patrón conducente como las lluvias frontales. Esta característica genera gran dispersión en la oferta de agua y por lo tanto se hace imprescindible contar con una red de estaciones pluviométricas eficiente y extensa a la hora de evaluar la realidad del estado de los cultivos en la provincia”, agrega el informe. La red oficial de datos del Servicio Meteorológico y el INTA “no permite definir con el detalle que muestra la distribución de precipitaciones de estas primeras jornadas del año. Esto realza el esfuerzo de todos los colaboradores del Siber que permite realizar un seguimiento más preciso de los eventos pluviales, vital para estimar el potencial productivo de los cultivos”, añade. No se descartan precipitaciones de bajo monto para este fin de semana y también son probables lluvias más generosas y generalizadas hacia el martes próximo. Estas primeras lluvias del año, sin embargo, promovieron algunas mejoras de importancia pero sectorizadas. “Para quebrar el estado de sequía del balance hídrico del primer metro de suelo que dominaba el mapa de la semana pasada eran necesarios como mínimo unos 40 milímetros. Las zonas que no recibieron ese nivel de lluvia seguramente experimentaron una mejora temporaria y superficial, pero no lograron salir de la sequía”, destaca el Siber. Es decir, la ecuación de balance hídrico resulta con una solución deficitaria que se refleja en una gran parte del territorio entrerriano. Es posible, aclara el Siber, que alguna soja de primera, sembrada con buena humedad, no esté padeciendo este nivel de estrés hídrico y posiblemente precipitaciones de 20 milímetros hayan constituido un alivio importante, temporario, pero oportuno. También es claro que las sojas de segunda necesitan en forma perentoria mayor nivel de precipitaciones. De cara al futuro inmediato, el panorama no es demasiado alentador. “En principio no pueden alentarse cambios significativos en el comportamiento pluvial, pero al menos se ha quebrado el exigente patrón deficitario de la última parte de diciembre. Posiblemente retomemos la senda que marca al menos un evento pluvial por semana, quizá de lluvias con promedios areales inferiores a los habituales para la época, pero marcando una mejora que puede detener el deterioro de las sementeras”, vaticina el Siber.