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��Es hora de acabar con la dictadura”, “Hay que poner fin a la censura”, son algunas de las frases en árabe y francés que se multiplican desde hace días en las redes sociales Twitter, Facebook y blogs personales o grupales. Los jóvenes tunecinos le declararon la guerra a Ben Alí, el eterno presidente que gobierna desde hace 23 años en ese pequeño país del norte de Africa, y para ello eligieron la web desde donde llaman a la rebelión. El golpe más ofensivo lo dieron los hackers, que respaldan a WikiLeaks, el sitio que revolucionó al mundo el mes pasado al difundir miles de cables secretos de la diplomacia de Estados Unidos. Encabezados por el sitio Anonymous, lanzaron un ataque pirata contra los sitios del gobierno, la bolsa y el servidor primario del país . “Hicimos caer los sitios del premier y su gobierno corrupto”, anunciaron. La réplica llegó con más censura y detenciones de activistas. “El General –un rapero y cibernauta– fue detenido cerca de las 6.30 de la mañana por policías vestidos de civil, no sabemos dónde está”, twitteaban en “Nawaat de Tunisie”, una cuenta con 1.700 seguidores. “Hamadi Kaloutcha, que se atreve a reclamar por sus derechos como ciudadana fue arrestada”, decía otro en referencia a una notoria activista tunecina en Facebook. El comienzo del estallido fue el trágico final de Mohamed Bouazizi, un licenciado en informática de 26 años que tuvo que reconvertirse en vendedor ambulante porque no conseguía trabajo. A mediados de diciembre, la policía de la ciudad de Sidi Bouzid, donde vivía, le confiscó las frutas y legumbres que vendía en la calle porque no tenía permiso. Abrumado, se roció con combustible y se prendió fuego . Murió el martes en el hospital. El hecho desencadenó revueltas populares en varias ciudades y hubo cuatro muertos. Ben Alí trató de aplacar los ánimos. Visitó a Bouazizi en el hospital, echó a tres gobernadores regionales, reformuló parte de su gabinete y dio un discurso por TV exhortando a la calma . Pero no lo logró. El desempleo en Túnez llega al 14%, y golpea aún más a los jóvenes profesionales. Lina Ben Mhenni, una bloguera reconocida a nivel mundial, advierte: “La rabia está aumentando entre los tunecinos y ahora la frustración es mayor que cualquier temor a las represalias del gobierno”.