E
l 31 de diciembre es, indiscutiblemente, la fiesta que más convoca del año. El final de un ciclo y el comienzo de otro, las altas temperaturas y “la primera vez” para muchos jóvenes que pisan un boliche convierten a esa noche en algo especial. La finalización de una década no fue motivo para eventos especiales o propuestas fuera de lo común. De igual manera, y como suele ocurrir, las expectativas ante fechas festivas se refuerzan las guardias de los hospitales y el control de la Policía. Durante la jornada de este 1 de enero no se registraron accidentes de gravedad. Por empezar no hubo muertos, como sí sucedió una semana antes, en la Navidad. En el Hospital San Roque se recibieron durante la noche nueve pacientes por incidentes de pirotecnia. La mayoría sufrió quemaduras faciales y en las manos, pero nunca superaron el estado de lesiones leves. Sí hubo una víctima que quedó en observación. Fue el caso de una beba de tres meses que, estando en el patio de su casa, recibió desde afuera el impacto de un objeto de fuego artificial sobre la cabeza. “Sufrió un traumatismo, pero el estado de la menor está controlado y se espera que en las próximas horas se le dé de alta. Su internación es más que nada por la edad”, contó, la médica de guardia del nosocomio, Gabriela Radys Ruch. La profesional confió que durante la madrugada del sábado hubo “más movimiento” en comparación con la del 25. “Esta fiesta tiene otro concepto. El festejo de Año Nuevo, a diferencia de la Navidad, es diferente y sin dudas se consume más pirotecnia”, opinó. En sanatorios privados –según rastreó esta Hoja– no se registraron casos de quemaduras o heridas. En la calle A diferencia de la noche de Navidad, el comienzo de 2011 fue recibido con más víctimas por accidentes de diversas naturalezas y no tanto por el habitual para estas fechas, quemaduras a raíz del consumo de pirotecnia. Durante la madrugada del 1º se conocieron tres accidentes del que participaron, en cada uno de ellos, un automóvil y una moto. El saldo fue de seis personas con lesiones leves. De todas maneras, el subjefe de la Departamental de Paraná, José Brumatti, calificó la jornada de “tranquila” e incluso “más de lo esperado”. Un recorrido por las principales avenidas y calles, como Ramírez y Blas Parera, permanecieron sin el servicio de semáforos hasta las siete de la mañana. Esto complicó la circulación de quienes pretendían llegar cuanto antes a los principales centros de fiestas instalados en zonas de quintas y camino al Thompson. Aparte de los tres accidentes automovilísticos en la ciudad, ocurrió otro en la Ruta 18, a la altura del kilómetro 87 y en cercanías de Las Tunas. Una camioneta Hilux volcó al morder la banquina. Allí una menor sufrió una fractura, pero no pasó a mayores, según relató el funcionario policial. Camino a la quinta de Los Algarrobos, donde se recibió el año, un menor de 16 años cayó en una alcantarilla sin señalizar. El joven, una vez que se bajó del remis en calle Darwin, avanzó por esa misma arteria para llegar a donde se realizaba el baile. La oscuridad del lugar y la falta de algún cartel que indique que la calle está cortada por su reparación, impidieron que el muchacho pudiera evadir el pozo de tres metros. Tras caerse, sufrió una fractura maxilar que tuvieron que suturar con cuatro puntos. Sufrió también pérdida de conocimiento. En ese mismo lugar hubo otros jóvenes que querían llegar al evento y se encontraron con una especie de “trampa”, señalaron. Mujeres Durante los festejos de fin de años hubo otros tres casos en donde intervino la Policía. Uno de ellos fue en la detención de un hombre que portaba un arma de fuego e intentaba a las tres la mañana asaltar a una mujer. Otra detención se produjo cuando una persona, en medio de la madrugada y bajo estado de ebriedad, amenazó a sus vecinos con un arma. Se trataría de un empleado municipal que ya tiene antecedentes, confió a esta Hoja, el funcionario policial. En Los Algarrobos, uno de los lugares que mayor cantidad de jóvenes recibió este fin de año, dos mujeres protagonizaron una trifulca y ante la intervención de las agentes de la Policía, éstas sufrieron lesiones leves. Otra vez Federal La ciudad fue escenario de otra muerte. En Navidad falleció un hombre al cruzar la calle y ser atropellado por un automóvil. Este viernes, Edgardo Javier Fleitas decidió quitarse la vida en esa misma ciudad. El hombre, de 32 años, se colgó con una soga en el lavadero de la casa donde vivía con su esposa y cuatro hijos. En medios locales, trascendió que el hombre, oriundo de Sauce de Luna, había ingresado a la vivienda que alquilaba alrededor de las 17 y fue encontrado sin vida después de las 20. No se conocieron las razones que lo llevaron a tomar tan drástica determinación, aunque algunas personas que lo conocían dejaron trascender que pudo haber estado atravesando un cuadro depresivo, el que se habría originado desde hace alrededor de un mes cuando perdió el empleo rural que realizaba en proximidades de la ciudad de Chajarí. (El Diario)