E
l hecho ocurrió el martes de tarde en inmediaciones del Puente Blanco sobre calle España al final, detrás del Cementerio Municipal de la capital provincial. De acuerdo a lo informado, la víctima, de nombre Lucía y de 29 años de edad sufrió –producto del estallido del vidrio del colectivo– cortes en la cara y una lesión que también el martes de tarde debió ser analizada por facultativos especializados. No dejó de llamar la atención que el hecho ocurriera aproximadamente a las 17.30, a plena luz del día, y hasta anoche no existían indicios de quien pudo ser el autor del atentado, aunque se manejaban hipótesis respecto a que los posibles autores sean habitantes de la zona. Hace no mucho tiempo, en ese tramo de calle España al final y cercano a calle Ameghino, se realizaban operativos diarios de control de vehículos y personas, tomando en cuenta que es uno de los caminos que utilizan quienes van o vienen de la zona céntrica a La Floresta, el Volcadero Municipal, Anacleto Medina y otros populosos barrios, y que generalmente son el objetivo de ladrones que buscan interceptar a motos. La zona también ha sufrido problemas que suceden a diario de arrebatos y personas que causan hechos de violencia posiblemente debido al consumo de estupefacientes. Astillas El ataque con piedras ocurrido el martes afectó a una pasajera que viajaba en una unidad de la Línea 3 junto a su padre, quienes venían de una visita al médico, según trascendió a través de versiones extraoficiales. Las mismas fuentes hicieron conocer que el estallido del vidrio de la ventanilla provocó que seis astillas le afectaran el ojo derecho, lo que le provocó un dolor desesperante y una lógica afectación a la córnea, por lo que será menester de aquí en más realizar un seguimiento de la evolución de la herida. La piedra, que podría haber sido arrojada con una honda, quedó adentro del colectivo y fue secuestrada por personal de la comisaría 5ª, que tomó formal denuncia del hecho. Es para destacar la actitud del colectivero, quien de inmediato hizo descender a todos los pasajeros para que abordaran otra unidad y trasladó a la muchacha lesionada y a su padre a un centro de atención médica en el mismo colectivo. Se comentaba por otra parte en la comisaría que, pese al vandálico acto y a la gravedad latente del estado del ojo de la muchacha afectada, su mayor preocupación era asistir a rendir en la misma tarde del martes una materia como estudiante de la Licenciatura en Ciencias Sociales. Los ataques a las unidades de transporte público habían sido una gran preocupación hace un par de años atrás e incluso se había llegado a disponer de guardias ocasionales dentro de los coches. También se hay antecedentes de este tipo de acciones vandálicas sobre vehículos en la zona de acceso al Túnel Subfluvial y en Acceso Norte. Esto motivó hace un par de meses que se detuviera a tres menores de Colonia Avellaneda luego de destrozar el parabrisas de un camión de transporte de carga. Para algunos es vandalismo puro; para otros es la manera de detener la marcha de algún vehículo con intenciones de asalto. (El Diario).-