E
l adicional para los beneficiarios de la asignación universal por hijo inyectará a los bolsillos de la población en situación más vulnerable alrededor de 370 millones de pesos, que irían directamente a fomentar el consumo, dado que se trata de los sectores que destinan una mayor proporción de cada unidad de ingreso adicional a comprar alimentos y bienes básicos. Por ello tendrá un efecto directo para impulsar la economía. Sumado a los 2.000 millones de pesos que se volcarán al nivel de actividad con el aumento a los jubilados, serán en total alrededor de 2.400 millones de pesos para apuntalar la economía a fin de año. Los detalles finales del anuncio que hará la presidenta Cristina Fernández en los próximos días sobre el pago a los beneficiarios de la asignación universal por hijo están terminando de definirse por estas horas en la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), entidad que dirige Diego Bossio. La asignación universal por hijo se comenzó a cobrar en diciembre del año pasado, mediante una suma de 180 pesos por beneficiario. En septiembre ese monto se elevó a 220 pesos. El gobierno tiene en carpeta un nuevo aumento permanente, pero sería dado a conocer recién durante el primer trimestre de 2011. Según los datos que manejan en la Anses, la asignación universal por hijo permitió disminuir la pobreza en 4,2 puntos porcentuales (lo que implica una reducción del 30 por ciento en términos de la cantidad de personas) y la indigencia en 2,1 puntos porcentuales (un descenso del 55 por ciento). El consumo hoy representa dos tercios del producto de la Argentina. Y ha venido ganando peso dentro de la estructura económica de la mano de la recomposición de los niveles de vida de los sectores bajos y medios. La asignación universal por hijo implica para la Anses un desembolso anual de alrededor de 10.000 millones de pesos al año, por lo que representa alrededor del 0,8 por ciento del PBI de la Argentina, publicó El Cronista.