E
l movimiento económico promedio que mensualmente genera la llegada de visitantes que se alojan en casas de familia, en hoteles y quienes están de paso en el día es de 12 millones de pesos. “Es plata de afuera que se incorpora al circuito local”, definió el secretario de Turismo de la Municipalidad, Juan Laurencigh. Dijo además que Paraná participó con buena repercusión de la Feria Internacional de Turismo de América Latina y anticipó cómo se perfila la temporada estival en la capital entrerriana. La Feria Internacional de Turismo de América Latina es la tercera en el mundo y Entre Ríos estuvo presente con el stand provincial en el que participan los municipios. Pero además, el año pasado, Paraná tuvo su propio stand en el que confluyeron el Estado y los privados, y dado los resultados obtenidos, este año decidieron repetir la experiencia. Entusiasmado con los buenos resultados, el secretario de Turismo, Juan Laurencigh comentó que desde un predio con un frente de 10 metros, alquilado por la Municipalidad, en el que prestadores privados y entidades tales como la Asociación Hotelera Gastronómica local, Uthgra, el Centro Comercial, LAER y Flecha Bus sumaron su aporte para la financiación de la decoración “se generó una movida interesante, convocante”. Todo el material de difusión acompañado con la actuación de números artísticos, sorteos de bauchers para visitar la ciudad, comida típica –2.000 empanadas de pescado– dieron contenido a un “despliegue con una repercusión muy buena”, en opinión del secretario de Turismo. Unas 90.000 visitas se registraron durante las diferentes jornadas de este acontecimiento, destinadas al público, potencial turista, y a los prestadores de servicios, agencias, profesionales, respectivamente. Lo que el funcionario destacó fue que, además de producirse un encuentro con esos dos sectores, a la actividad concurre toda la prensa especializada. Cuando se preguntó si es posible ofrecer a Paraná como alternativa para el verano, la respuesta fue que esta ciudad “es una propuesta para todo el año” en consonancia con el slogan que tiene: “Viví Paraná todo el año”. Laurencigh aseguró que de ello hay pruebas con referencia a que “permanentemente estamos creciendo en el número de visitantes y el porcentaje de ocupación hotelera se ubica por encima del 60% todos los meses”. Precisamente, la característica que subrayó fue que los indicadores son parejos mientras que otros centros en verano están llenos y luego, en invierno llegan a cerrar alojamientos. A diferencia de esos panoramas, “en Paraná, el trabajo es permanente todo el año, con distintas alternativas”. Rescató que la ciudad es sede de muchos eventos deportivos –fútbol de veteranos, triatlón, carrera de autos antiguos–, además de puntos fuertes como es el Turismo de Carretera, la Fiesta de disfraces, Semana Santa y vacaciones de julio. Pero, en general, insistió, la llegada de visitantes a Paraná es “permanente”, lo que provoca un movimiento generalizado en la ciudad. Obviamente, el río Paraná en el verano también se convierte en un atractivo interesante, y si bien es imposible manejar y su altura condiciona la posibilidad de tener playa y balneario, todo indica que este verano “venimos bien: las playas están buenas, hay arena, está tendido el boyado, los guardavidas están trabajando, se incorporaron duchas, se concesionó a una nueva empresa la zona de la cantina, donde se realizan remodelaciones para poder inaugurar el 1 de diciembre”. Y lo mismo ocurre en el Thompson donde para esa fecha tiene que estar listo el segundo parador. “Es un modo de generar competencia en los servicios y el que se beneficia siempre es el público”, rescató el funcionario. Que Paraná pueda tener atractivos a lo largo del año requiere de planificación. Es necesario ordenar la agenda de modo que no se superpongan acontecimientos para lo cual se coordina con las instituciones generadoras de actividades. Es un modo, definió Laurencigh de que el trabajo sea sostenido en el tiempo. Atractivos y lo que falta Los privados han solicitado reiteradamente que se hagan inversiones para obras que retengan al turista en la ciudad. El secretario de Turismo se encargó de citar que en oportunidad de hacer encuestas entre los visitantes tendientes a conocer “qué le falta a Paraná”, en primer lugar aparece un shopping; segundo, termas, luego parque para niños. Siguiendo esa guía, Laurencigh mencionó que el shopping está a punto de ser realidad, o sea que “el primero está a punto de ser cumplido”; en cuanto a termas recordó que había propuesto la zona de la Toma Vieja, lo que generó la aprobación de una ordenanza para que en ese predio un inversor pueda iniciar el emprendimiento. Explicó que en Planeamiento ya armaron la carpeta con los lineamientos y empezaron algunos contactos con posibles interesados. De este modo, Paraná pasaría a ser una ciudad con termas, lo que podría permitir anclar gente en la ciudad por un período más largo que lo que ocurre actualmente y de ese modo, modificar el promedio que está en tres días de permanencia en esta capital. El centro de convenciones también sigue siendo materia pendiente, aunque es un asunto que no se ha abandonado y que podría erigirse en la zona del vivero municipal, en el Acceso Norte. Se considera apto para un predio con dimensiones apropiadas para un espacio en condiciones de albergar unas 2.000 personas y de fácil acceso desde la ciudad, el aeropuerto, el túnel y desde el parque industrial. En cambio, lo que no prospera hasta el momento es la instalación de un parque para el que en algunas oportunidades se recibió al empresario de Peko´s en Córdoba. (El Diario).-