M
ediante una exposición policial y ante la delegación Concordia de la Dirección de Trabajo de la provincia, la trabajadora Mirta Susana Escriva denunció que fue echada de la empresa chilena productora de arándanos, “Integrity-Argentina SA”, mediante la fuerza policial por haber efectuado un simple reclamo laboral. Escriva cuenta que solo pidió que en el recibo de sueldo figuren todos los días trabajados y no la mitad como figuraba. Dijo que trabaja en esa empresa desde el año 2005 y que, luego de efectuar este reclamo, el dueño de la empresa Gabriel Fonso, se hizo presente (en el lugar donde yo estaba desempeñando mis tareas), junto a dos policías y me pide que me retire porque yo “era una persona no grata”. El esposo de la mujer, Jorge Paiz se refirió duramente a los dos funcionarios policiales de Colonia Ayuí “porque una fuerza pública no se puede prestar de este modo a los designios de un patrón, la sacaron a mi mujer como si fuera una delincuente y solo reclamaba por sus derechos”, dijo. Como no pudieron efectuar la denuncia en la comisaría de Ayuí “luego de estar esperando más de una hora”, se llegaron hasta la departamental de policía de Concordia y, luego de hablar con el subjefe de policía, realizaron una exposición frente al oficial subinspector Héctor José Gamarra y ante Feliciano Villalba de la Dirección de Trabajo local. Tanto ella como su esposo destacaron la buena atención recibida en la policía departamental pero, así como quisieron dejar claramente expresado esto, manifestaron no comprender como los dos agentes de policía de Ayuí (a quienes no identificaron porque no sabían sus nombres), se pueden prestar a un hecho semejante. "Esto es un problema laboral, yo no estaba robando ni haciendo nada indebido", dijo y se preguntó "¿cómo van a llevar a la policía a sacarme y cómo la policía se va a prestar a algo así ?". La denuncia del accionar policial no es menor: se trataría de un caso de amedrentamiento innecesario. El dueño de la empresa se apersonó junto a dos policías uniformados y “delante de ellos y de mis compañeros me manifestó que yo soy una persona ingrata dentro del establecimiento y que me retire de ese lugar”. Escriva asegura que en ese momento le dijo que ella solo “había reclamado por mis derechos y el tema del transporte que, como terminamos de trabajar en altas horas de la noche, el mismo nos dejaba muy lejos de nuestras casas”. (Fuente: Diario Junio)