E

l avance de la pobreza, los cambios sociales y el nuevo escenario político tras la muerte de Néstor Kirchner fueron los principales temas de debate durante la ultima asamblea anual del Episcopado, que terminó ayer en la localidad bonaerense de Pilar. Esos puntos sirvieron de base para una discusión mayor: el vencimiento del mandato del arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, como presidente de la Asamblea Episcopal. Una fuente de mucha importancia en el círculo eclesiástico reconoció que la Iglesia vive “uno de los momentos más críticos de la historia reciente de la Argentina”. La citación de Bergogilo como testigo en una causa en la que se investigan crímenes de lesa humanidad en el centro clandestino de detención de la ESMA, durante la última dictadura, también es un tema que preocupa a los obispos. En la asamblea de los purpurados se escuchó mucha catarsis y autocrítica: “La Iglesia siempre se jactó de estar por delante de los acontecimientos venideros, hoy no sólo no alcanza a ver lo que está por venir. Se ha perdido la capacidad de reacción”. Esa “falta de previsión” y “capacidad de reacción” fueron algunas de las solapadas estocadas verbales que recibió Bergoglio. Muchos fueron los elípticos eufemismos que utilizaron para criticar la estrategia que aplicó el primado a la hora de enfrentar la ley de matrimonio homosexual. La reacción frente a la polémica norma generó una fuerte interna. En el cónclave de Pilar se asomó el fantasma de una ley con la que se institucionalice el aborto. En la cúpula de la Iglesia hay muchas dudas sobre quién será el elegido para reemplazar al jesuita Bergoglio. Algunos coinciden en proclamar por un obispo “con marcado rasgo doctrinal”. En esa lista figuran el arzobispo de la Plata, Héctor Aguer, y su par de San Rafael, Mario Taussi. Los deseos del titular de la Comisión de Pastoral Social, monseñor Jorge Cassaretto, por conseguir la presidencia del Episcopado habría dejado de ser un secreto. También está en carrera el obispo de Gualeguaychú, Monseñor Jorge Lozano. Todo indica que Aguer ya cuenta con el tercio de los votos dentro del cónclave episcopal. Es el mismo tercio que considera que desde la institución “debe haber una postura más firme ante los tiempos que se avizoran con temáticas tan sentidas para la comunidad católica”, piensa uno de los obispos que apoya al arzobispo de La Plata. El kirchnerismo ya tiene su propio candidato. En el Gobierno ven con buenos ojos al arzobispo de Zarate-Campana, monseñor Oscar Domingo Sarlinga, pero la mayoría de los integrantes del plenario episcopal tiene una visión diferente de la de la Casa Rosada. Bergoglio representa para el Gobierno un dilema. Por un lado, es un obispo que con su discurso fuertemente social incomoda al oficialismo. Pero al mismo tiempo, al Gobierno le preocupa que su reemplazo signifique el arribo a la cúpula eclesiástica de los sectores más duros y conservadores. (Fuente: Perfil)