C
on poca expectativa de arreglo, volverán a reunirse este miércoles los equipos científicos de la Argentina y de Uruguay para tratar de avanzar en el acuerdo para iniciar el monitoreo ambiental conjunto de la planta UPM (ex Botnia), a tres días del vencimiento de la prórroga pedida la semana pasada por el Gobierno de José Mujica. El encuentro se realizaría en la Ciudad de Buenos Aires, aunque hasta el lunes fuentes de la negociación dejaban abierta la posibilidad de que las gestiones se trasladen a Montevideo. En este contexto de incertidumbre pendularon los últimos días las gestiones binacionales, tras la falta de acuerdo para definir cómo serán las inspecciones dentro de la pastera. El principal desencuentro radica en la negativa de Uruguay de habilitar el funcionamiento de sensores permanentes para medir las emanaciones y de permitir el ingreso de los técnicos de ambos países tantas veces como sea necesario y no limitarlo a las 12 inspecciones anuales, como indica el acuerdo inicial sellado por Cristina de Kirchner y Mujica. En este sentido, trascendió este lunes desde la cercanía de los técnicos uruguayos que existe voluntad para incrementar los ingresos a la planta de celulosa, tal como lo reclamó la Argentina, aunque se mantendría firme en cuanto a respetar los estándares establecidos internacionalmente. El viernes pasado se suspendió el cónclave del Comité Científico Binacional designado para los controles ambientales del río Uruguay en medio del «malestar» que provocaron las quejas de Héctor Timerman por la demora del acuerdo. A los dichos del canciller argentino siguieron polémicas declaraciones del propio Mujica, quien dio a entender que su país no está dispuesto a profundizar los controles sobre las industrias radicadas en el río Uruguay. Con Timerman en Corea (acompaña a la Presidente en la cumbre del G-20), las gestiones quedaron en manos del vicecanciller Alberto Dalotto, mientras que por Uruguay lo hará Roberto Conde, segundo de Luis Almagro. Fuentes de la Cancillería argentina se mostraron poco optimistas respecto de los avances para formalizar el acuerdo. «La Argentina propone estándares internacionales acordes con la envergadura de la planta, pero Uruguay dificulta el acceso», leyó un hombre cercano a las gestiones que realizan los expertos argentinos, Juan Carlos Colombo y Guillermo Lyons. En tanto, los combativos ambientalistas de Gualeguay-chú le recordaron a Mujica la promesa que en privado le hizo a tres de ellos: «Nos dijo que con la ciencia en la mano estaba dispuesto a sacar a Botnia si contaminaba, pero ahora no deja entrar a la ciencia a la planta», denunciaron. Si se vuelven a frustrar las negociaciones, el tema retornará a la esfera de los presidentes, es decir casi a punto cero. (Ámbito Financiaro).-