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a obra del mandapeatón comenzó el pasado 7 de junio, y abarca una cuadra de Monte Caseros, en el tramo que va entre 25 de Mayo y Urquiza. Para llevarla adelante debieron inhabilitar la mitad de la calzada, del lado de la Catedral, y desviar los colectivos. Pusieron el obrador, vallaron la zona y luego picaron el asfalto. Se retiraron incluso las vías del tranvía que aparecieron con el avance de los trabajos. Después, el movimiento fue mermando hasta que apenas iniciado septiembre, se detuvo. Según se informó oficialmente el 12 de septiembre, la obra se paró porque había un problema con la entrega del piso con el que se realizaría la terminación de esa media calzada para abrirla al paso de vehículos. Al parecer, la fábrica se había atrasado con el pedido por la gran cantidad de piezas solicitadas. Se estimaba que ya en la semana del 13 de septiembre habría novedades, pero llegó octubre, transcurrieron sus 31 días y aún no se sabe cuándo llega el piso ni en qué momento se terminará la obra, ejecutada por un privado. Ahora se estudia si caben sanciones a la contratista por la gran dilación del plazo. Sin novedades Las demoras en el mandapeatón provocan una desazón constante para el Gobierno municipal, que no puede dejar de ver la obra hecha a medias y detenida frente a sus narices, día tras día. El mandapeatón se realiza con fondos nacionales, en el marco de las obras del Bicentenario, pero la detención de los trabajos no obedecería a una demora en el envío de fondos. “Ese no sería el inconveniente”, dijo el subsecretario de Planeamiento, Eduardo Loréfice, y reiteró que el problema sería la entrega del piso. Explicó que no se trata de un solo tipo de pavimento articulado sino que es más compleja la situación. “El mandapeatón tiene un sector de tránsito vehicular y por otra parte será peatonal”, señaló. Unirá al mismo nivel la Plaza y la vereda de la Catedral y sobre un trecho de ocho metros de ancho circularán autos y colectivos a velocidad reducida. Sobre ese sector irá un piso diferente al que se colocará en los márgenes, con más espesor, porque tendrá que soportar los vehículos. Dudas “El inconveniente es que no previeron la cantidad cuando hicieron la compra, o quizá la empresa se comprometió con otra cosa”, conjeturó Loréfice. A principios de septiembre la contratista le había dicho a la Comuna que la entrega del piso se venía demorando porque el proveedor no contaba con la cantidad pedida. El problema es que casi dos meses después, el argumento seguiría siendo el mismo: la fábrica no termina de hacer el pavimento. De todos modos, Loréfice aclaró que está muy avanzado el mandapeatón y que se estima que “de solucionar estos temas, las obras se terminarían bastante rápido”. –¿Cuándo se entregaría entonces la obra? –Hablar de tiempos no tiene mucho sentido. Hemos ido modificando la fecha y termina pareciendo que en realidad no se está cumpliendo. Nos han demorado, sí. –dijo el subsecretario de Planeamiento. –¿Se han previsto sanciones a la contratista por el tema? –Hemos tratado de evitar este tipo de cuestiones porque entendemos que no hay responsabilidad. Pero de seguir dilatándose los tiempos, vamos a ver cómo seguimos, no es cosa de continuar con la obra eternamente. Los plazos están totalmente desfasados, lo que debió haberse ya inaugurado está aún en proceso, en el corazón de la ciudad, finalizó diciendo el arquitecto. Cómo será El mandapeatón implica una sobreelevación de la calzada de Monte Caseros, entre 25 de Mayo y Urquiza, que quedará al mismo nivel de la Plaza y la vereda de la Catedral. Tendrá un piso articulado que actuará como reductor de velocidad, un dispositivo similar al que se realizó en los cruces de la Peatonal. Con el mandapeatón se pretende ordenar el tránsito y realzar los edificios históricos de la zona: Catedral, Curia, Correo, Colegio del Huerto, Escuela Normal, Palacio Municipal. La obra la ejecuta la empresa D&C Construcciones, de Luis Dall’Ava, la misma que amplió la peatonal en Plaza Alvear. (El Diario).-