E
l juez de Instrucción de Paraná Carlos Ríos inició una profunda investigación para establecer la veracidad de una denuncia de una joven de 19 años que aseguró haber sido estafada y abusada sexualmente por un parapsicólogo, astrólogo y grafólogo que atiende en calle 3 de Febrero de la capital entrerriana. Según la presentación judicial, el manosanta la manipuló de tal manera que tuvo que vender una moto y sacar un crédito para pagar el tratamiento. Además, producto del control del hombre de 42 años fue sometida sexualmente en varias oportunidades por este y un vecino amigo. No es la primera vez que personas buscan en este tipo de ofertas espirituales tratar de salvarse de un problema económico, laboral, de enfermedad o de una supuesta brujería. En esta sociedad siempre hay gente que cree en estas cuestiones, y personas que dicen curarlas con tratamientos de dudosa efectividad y que son más producto de la ignorancia y la desesperación de los afectados que son capaces de hacer cualquier cosa para superar el problema. Lo cierto es que a fines de setiembre ingresó en el Juzgado de Ríos una denuncia formulada por una muchacha del barrio Paraná XX que alertó sobre el comportamiento del parapsicólogo de calle 3 de Febrero. La víctima hizo saber que conoció en la calle al curandero, que le comenzó a decir detalles sobre su familia y personales que la sorprendieron por su exactitud. El hombre de tonada portuguesa logró entrar en confianza de la paranaense, por lo que pudo obtener el número de su celular. Tras un par de días de mensajearse, la invitó a su estudio y consultorio de 3 de Febrero al 700. “Convencida de que podía ayudarme a mí y a mis abuelos fui a su casa rosada, de dos plantas, que tiene un living comedor, dos habitaciones, una escalera y una terraza. Allí le informó que estaba embrujada y que su abuela tenía cáncer, por lo que necesitaría dinero para poder curarla y detener los problemas”, informó en la denuncia, para indicar que vendió su moto en 4.000 pesos que quedaron en poder del parapsicólogo, que exigió más dinero para avanzar con la cura efectiva y esto determinó que la abuela de la muchacha debiera sacar un crédito de 2.000 pesos para entregarlos al manosanta. “Ahí fue cuando me hizo un trabajo mental, para que me enamorara de él y esto posibilitó para que accediera a tener relaciones sexuales”, contó la afectada, para aclarar que a esa altura de los acontecimientos aún era virgen. “Ahí él me aseguró que luego me haría un trabajo para que quedara nuevamente virgen, por lo que obnubilada y desesperada por los problemas tuve varios encuentros íntimos en su casa. Preferí esa situación, que no me gustó, porque luego mi familia y yo nos curaríamos por la intervención del parapsicólogo”, añadió, para informar que el hombre de 42 años gordito, morocho, con pelo negro y canoso tenía una altura aproximada de 1,70 metros. La denunciante confió que en otra oportunidad fue sometida por un vecino del parapsicólogo. “Para no cortar la cadena de tratamientos tuve que practicarle sexo oral y él me obligó a mantener relaciones vía anal”, recalcó la muchacha. Enojo y finalización del tratamiento espiritual Partiendo del testimonio de la denunciante en el Juzgado de Ríos, tras entregarse en todos los sentidos al parapsicólogo y al vecino, éste comenzó a alejarse de la afectada. Ella le reclamó, por lo que la reacción del manosanta fue la de advertirle que se alejara del consultorio porque de lo contrario subiría en Internet fotos y filmaciones de ella manteniendo sexo. No conforme con esto, el hombre le anunció que “la hundiría por completo, ya que la enredaría en una denuncia penal de la que nunca saldría, ya que su cuñado es juez y tiene otro familiar en el gobierno provincial”. Por todo esto, la joven decidió no asistir más al parapsicólogo y contarle lo sucedido a una amiga, que estaba al tanto del tratamiento espiritual. La amiga fue hasta el consultorio del manosanta y estuvo cerca de caer en sus redes, ya que luego de manosearla se retiró. Todo terminó con la promesa del parapsicólogo de seguir el tratamiento y para ello es que viajaría hasta Rosario y luego a México para buscar la ayuda de otro especialista en este tipo de ciencias y de esa manera lograr “la definitiva curación de los familiares y la afectada”. Como nada de eso ocurrió es que la muchacha decidió realizar la denuncia en la comisaría 10ª, pero luego por jurisdicción de la investigación recayó en la cuarta. Notificado el juez de la situación ordenó allanar la casa del parapsicólogo donde secuestró algunas filmaciones y documentos que están siendo analizados. Además, la víctima fue revisada por los médicos forenses de Tribunales, quienes no detectaron signos de violencia en sus partes íntimas. Por el momento la causa judicial no tiene avances significativos para establecer los dichos de la joven y en ese caso confirmar si se estuvo o no frente a un delito por parte del parapsicólogo. (UNO)