L
a tensión por la rebelión policial en Ecuador no cede. Un grupo de policías ecuatorianos rebeldes ocupó la sede de la Asamblea Nacional, en Quito e impidió el ingreso o salida de las personas que trabajan allí, informó la portavoz del Legislativo, Julia Ortega, mientras rige el estado de sitio en el país y el presidente Rafael Correa permanece internado. Varios legisladores denunciaron que fueron desalojados por los agentes de edificios aledaños al Parlamento, donde tienen sus despachos. "Todo está tranquilo, pero los policías del Regimiento de Quito impiden la entrada o salida de personas, incluidos los legisladores", precisó la fuente de la Asamblea, que aseguró que son los mismos que intentaron un golpe de Estado en su país. El gobierno de Ecuador decretó esta tarde el estado de excepción (de sitio) en todo el territorio nacional y delegó en las Fuerzas Armadas la seguridad interna y externa del país, después de una rebelión policial que puso en riesgo las propia salud del presidente Correa y mientras en las calles de varias ciudades del país se producen saqueos a supermercados, robos a bancos y diversos enfrentamientos. El secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, anunció en una rueda de prensa desde el Palacio de Gobierno que se declara el "estado de excepción por una semana" y que en ese periodo las fuerzas militares asumirán el control de la seguridad. Mera subrayó que los "malos ecuatorianos que han violado la seguridad del Estado y han insultado el uniforme de la Policía nacional serán castigados con todo el rigor de la ley", y que las autoridades correspondientes "tienen que elaborar un plan de contingencia para resguardar la seguridad del jefe del Estado y de toda la ciudadanía". El presidente Rafael Correa se encuentra internado luego de asistir al Regimiento Quito, donde cientos de policías de tropa protestan en rechazo a la eliminación de incentivos profesionales aprobado por la Asamblea Nacional, mientras otro grupo bloquea del aeropuerto de la capital. "Señores, si quieren matar al presidente, aquí está: mátenme si les da la gana, mátenme si tienen valor, en vez de estar en la muchedumbre, cobardemente escondidos", dijo Correa visiblemente exaltado. Correa intentó dialogar con los policías que reclaman la eliminación de la ley de recortes al servicio público en las afueras del Regimiento, pero los manifestantes lo recibieron a los gritos. Entonces, el jefe de Estado ingresó en las instalaciones y desde una ventana se dirigió a los policías. "Si quieren tomarse los cuarteles, si quieren dejar a la ciudadanía indefensa, si quieren traicionar su misión de policías, su juramento, traiciónenlo, pero este presidente y este gobierno seguirán haciendo lo que tiene que hacer", afirmó el presidente. "Si quieren destruir la patria, destrúyanla, pero este presidente no da ni un paso atrás, viva la patria", finalizó Correa, quien terminó su intervención de forma abrupta. La rebelión policial no se calmó y sus miembros comenzaron a lanzar gases lacrimógenos que afectaron al presidente Correa que portaba una máscara antigas, pero que debió ser hospitalizado y recibir oxígeno. Internado y rodeado "Me encuentro recuperado en estos momentos recibiendo suero y tratamiento en mi rodilla operada recientemente. Cuando se den las condiciones apareceré en público. Me informan que están rodeando el hospital. Sería el colmo a la traición a la patria que se produzca un secuestro a su presidente", afirmó Correa en una entrevista telefónica a la televisión, que luego fue publicada en el sitio oficial de la presidencia ecuatoriana . "La agresividad de ciertos policías no se podía creer", insistió Correa, que aclaró que hay una desinformación total respecto al supuesto recorte salarial a la policía. "Este gobierno ha duplicado los sueldos. Se le han dado condecoraciones y modificaciones salariales por ello. Esto es una conspiración permanente. Y se ha creado una mentira en torno al recorte de sueldos", insistió el mandatario. Correa explicó que hay una conspiración permanente contra el gobierno. "Muchos compañeros nuestros y la oposición están conspirando en el Congreso. Tratando de poner a la policía en contra nuestro. Buscan un golpe de Estado en lugar de ganarnos limpiamente en las urnas y resolver esto en forma democrática", puntualizó. Con las Fuerzas Armadas. El vicepresidente Lenin Moreno fue enfático en declaraciones recientes a la prensa: "Bajo ninguna circunstancia vamos a permitir que se violente la democracia". "Este gobierno está llevando adelante un proceso radical y revolucionario donde se sabía que iba a tener personas que se oponen. Esto va a calmarse ya", adelantó Moreno, que aclaró si bien tiene el respaldo de la Fuerzas Armadas, un pequeño grupo de la Fuerza Aérea apostado en el aeropuerto de Quito entró en rebelión. "Estamos en un estado de derecho. Estamos subordinados a la máxima autoridad que es el seño Presidente de la República", dijo el Jefe del Comando de las Fuerzas Armadas de Ecuador, Ernesto González. Pero el ex presidente de Ecuador Lucio Gutiérrez, por el contrario, pidió disolver el Parlamento y llamar a elecciones presidenciales anticipadas como solución a la crisis que estalló a raíz de una protesta de policías y militares de tropa. En declaraciones desde Brasilia, Gutiérrez, al que el presidente Rafael Correa ha vinculado con las protestas de este jueves, dijo que "el único responsable" de esta crisis y del "caos" y la incertidumbre que a su juicio reinan en Ecuador es "el Gobierno abusivo, corrupto, prepotente de Rafael Correa". Desde temprano, policías ocuparon las instalaciones del Regimiento Quito con gritos en los que llamaban a la unidad y a protestar contra lo que consideran una injusticia contra su profesión. Los policías de tropa rechazan, entre otras cosas, que se hayan eliminado incentivos económicos en los ascensos y que se haya ampliado el plazo para los mismos. Por ello, escondiendo sus rostros de las cámaras, incendiaron neumáticos en las afueras del regimiento para agudizar la protesta inédita en Ecuador. En medio de las protestas, los policías pedían a gritos a los militares que los apoyen en el reclamo, al considerar que también a las Fuerzas Armadas afecta la decisión de eliminar incentivos. (Fuente: La Nación)