E

l párroco, que está al frente de la iglesia de Bajada Grande desde 1976, realizó la última procesión náutica, llegó hasta el muelle del barrio y caminó por calle Larramendi, junto a monseñor Mario Maulión, hasta el predio del Prado de la Cruz. A la altura de la fábrica aceitera, el cura que será nombrado ciudadano ilustre de la ciudad por el Concejo Deliberante, explicó las sensaciones que vivía mientras realizaba su última caminata como párroco de la zona: “Tengo mucha emoción y mucha alegría. También tengo gratitud a Dios y a la Virgen. Les agradezco a todos los fieles que me han sostenido hasta hoy”, explicó. Aunque Mattiassi bromeó sobre su estado de salud, avisó que “si no estoy muy enfermo, el año que viene voy andar por acá”. Con su habitual oportunismo aprovechó que Maulión caminaba a su lado para decir que “habrá que esperar a quién designa Monseñor. Ojalá sea un cura con más carisma que yo”. El hombre que llevó adelante el Movimiento de Renovación Carismática aseguró que ayudará al próximo párroco y que también seguirá viviendo en su casa de siempre. En un momento, frenó, giró y miró de frente la caravana de gente, que se encolumnaba detrás de él, como contemplando su creación. Una vez que llegó al altar realizó las arengas de siempre para que los fieles vivan con pasión la misa y se dedicó a seguir las palabras de Maulión. Eso sí, cuando le tocó leer el Evangelio, no pudo frenar su emoción que le quebró la voz durante todo el discurso. Al finalizar la misa le habló por última vez a sus fieles: “Esta es la última fiesta patronal que organizo, loco –dijo entre risas–. Así que los servidores ya saben que ahora le toca todo a ellos. Aunque ya la saben hacer de memoria”, declaró. Por último invitó a las misas que se realizarán todos los domingos, hasta fin de año, a las 18 en el predio del Prado de la Cruz. La homilía Monseñor Mario Bautista Maulión, presidió la misa con la que culminó la Fiesta Patronal del Inmaculado Corazón de María. Justamente, el obispo pidió “poner los ojos en María porque ella es la que logró afianzar nuestra fe”. En el discurso que se extendió durante 15 minutos, Maulión, hizo hincapié en la importancia que tiene, para la Iglesia, la familia. También les dijo a los fieles “la Iglesia somos todos”. Entonces les pidió a “papá y mamá que le hablen de Jesús a sus hijos”. En ese mismo sentido les dijo también que “tienen que escuchara a los niños. Saber de sus necesidades”, aconsejó. Las palabras de Monseñor se hicieron sentir cuando indicó que en estos días “la familia está siendo bombardeada”. Antes les había hablado a las mujeres y a los varones. Les solicitó que “fueran modelos de esposos, de padres y de creyentes”. Al recordar que este año, para la arquidiócesis que él lidera, es el de la familia reiteró la necesidad de “consolidar la familia. Hacerla sólida. La familia, que por la situaciones que vivimos y cómo se va llevando todo un estilo de vida, está, de alguna manera, bombardeada. La familia se está convirtiendo en algo frágil que por momentos puede llegar a ser descartable. Tiene que ser la sólida familia. La del papá, mamá y los hijos”, indicó el prelado. Luego de la misa, los cerca de 2.000 fieles que peregrinaron hasta Bajada Grande, se retiraron detrás de la imagen de la Virgen. (Fuente: Diario Uno)