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a nafta sube y sube, y según los especialistas, esta tendencia no se frenará en el corto plazo. A pesar de los intentos oficiales de contener el precio, ir a la estación de servicio genera automáticamente un dolor de cabeza y un golpe al bolsillo. Planificar las rutas para los desplazamientos, buscando siempre las más cortas o menos congestionadas. Evitar las sobrecargas innecesarias en el vehículo. El uso del portaequipajes de techo, aún estando éste vacío, puede incrementar el consumo normal del vehículo de 2% a 35%. El uso del aire acondicionado aumenta en 20% el consumo de combustible. Los autos están diseñados para cortar el aire al avanzar, tener las ventanillas abiertas aumenta la resistencia con el aire del vehículo, aumentando con ello el consumo, ya que le cuesta más trabajo al auto avanzar. Algunos vehículos de marcas especificas permiten usar combustibles de distintos octanajes. Lo mejor, es usar la recomendada por el fabricante y de ser posible la de menor octanaje. También es importante procurar cargar nafta muy temprano en la mañana, ya que el frío de esa hora evitará que se evapore y cargaremos un poco más de lo que cargaríamos con el mismo dinero al calor del medio día. Revisar el vehículo periódicamente, ya que podemos detectar algún elemento deteriorado, que esté haciendo aumentar el consumo. En trayectos muy cortos el consumo se dispara. En estos casos es recomendable utilizar el transporte público. La presión de los neumáticos por debajo de lo normal aumenta el consumo por el mayor rozamiento del vehículo con el suelo, además de desgastar más los mismos. (por cada 0,3 libras menos de presión se aumenta en un 3% el consumo). Se deben cambiar cuando corresponde el aceite, las bujías y los filtros pues de lo contrario se puede aumentar el consumo. Incluso el uso de un aceite incorrecto puede aumentarlo. El revolucionar del motor debe ser correcto (un revolucionado demasiado alto provoca serios aumentos de consumo). Según como conducimos: Arrancar el motor sin acelerar y comenzar la marcha lo antes posible. Utilizar marchas prolongadas (en motores a gasolina el cambio de velocidad debe hacerse cuando estamos entre 2,000 y 2,500 revoluciones y en motores Diesel entre 1,500 y 2,000). Cuando estamos acelerando, se debe cambiar a la marcha más larga lo antes posible y al reducir de la manera más lenta posible. (Un motor en marcha corta y revolucionado consume mucho más). Debemos procurar circular a una velocidad uniforme, sin aceleraciones y deceleraciones bruscas, que nos obligan a ir en marchas más cortas o a revolucionar más el coche. En resumen, hay que mantener la velocidad y procurar no tocar el pedal del freno.