L
a posibilidad de un cambio en la conducción del nosocomio disparó el malestar en la comunidad de Mansilla, que entre viernes y sábado protagonizó compactas movilizaciones desde el hospital hasta la sede de la Municipalidad, con el objetivo de expresar su apoyo hacia la continuidad de Warlet. Un petitorio que ya lleva 1.000 firmas, reclama al Gobierno despegar las disputas políticas de la atención sanitaria de la ciudad, y pide la continuidad de Warlet. El sábado, entre 400 y 500 personas llegaron hasta la sede del gobierno comunal con la intención de entrevistarse con el intendente, pero sólo consiguieron ser escuchados por el senador provincial Juan Navarro (PJ-Tala), quien se comprometió a interceder en el conflicto. La posibilidad de una remoción del director del hospital ha puesto a la comunidad de Mansilla, un pueblo de 2.200 habitantes, ubicado a 45 kilómetros de Tala y a 190 kilómetros de Paraná, en estado de zozobra: el nosocomio permaneció durante un año a la deriva, sin conducción, hasta que Warlet asumió en enero último. Claro que la tensión no tardó en llegar. El intendente Orué, siempre propenso a mezclar asuntos públicos con cuestiones maritales –fue pública la denuncia en su contra por haber adquirido, con fondos comunales, partidas de Viagra–, pretendió poner a raya al médico. Hasta la llegada de Warlet a la dirección del hospital de Mansilla, el nosocomio estuvo virtualmente a cargo de la jefa del área de Enfermería, Zulma Maquiavelo, quien a la vez es la actual pareja de Orué. Los que conocen los pliegues más íntimos de la comarca, aseguran que Maquiavelo no quiso perder el control del hospital a pesar del nombramiento de un nuevo director. Aunque la piedra de toque que disparó el enfrentamiento entre Warlet y Orué fue un incidente curioso: la denuncia del médico respecto de la intención del intendente de querer atropellarlo con su auto. Y las amenazas que recibió, lo que motivó al profesional a radicar una denuncia policial contra el jefe comunal. El disparador habría sido una discusión entre Warlet y Maquiavelo: el médico había pretendido poner límites al poder de la enfermera en el hospital, aunque la reprimenda llegó rápidamente a oídos de Orué, que no tardó en hacerse presente en el nosocomio. Allí, se habría producido un fuerte cruce verbal entre el intendente y el médico, que luego continuó con una persecución callejera: Warlet a bordo de su motocicleta, perseguido por detrás por el jefe comunal en su auto. La situación no pasó a mayores por cuanto el médico buscó refugio en la estación de servicio. Pero bastó para hacer público un conflicto que venía amasándose desde hace tiempo: la negativa de Orué a despegarse del manejo de los destinos del hospital. Según ha dicho Warlet, Orué movió contactos políticos para desplazarlo, y nombrar a otro funcionario al frente del hospital. Aunque se consultó al respecto al ministro Giano, quien hizo conocer que no hay ninguna decisión tomada al respecto. De igual forma, los mansillenses tienen previsto continuar con las movilizaciones hasta que haya una confirmación oficial, y se desacrediten todas las versiones respecto a eventuales cambios. Mientras, esperan ser atendidos por el intendente Orué, quien el sábado, por segundo día, evitó recibir a los manifestantes que se movilizaron hasta el edificio municipal. Pero mientras Orué rehúye recibir a los manifestantes, por la ciudad circula un petitorio que pone al trasluz de qué modo interpretan los mansillenses la situación en la que ha quedado envuelto el hospital. “Por estos días –dice el texto– la población ha podido observar con profunda preocupación, ciertas desinteligencias entre el poder político local y el Dr. Franco, lo que ha contribuido negativamente en la gestión hospitalaria. Obviamente el citado poder político corta por lo sano y pretende cambiar nuevamente la dirección. ¿Llevamos la cuenta los ciudadanos de Mansilla, cuántos directores han debido pasar por lo mismo, sujetos a los caprichos de algunos que ostentan ese poder político? Vecinos de Mansilla, ya es hora de frenar este impulso avasallador que solo piensa en intereses mezquinos”. (El Diario).-