Lunes 09 de agosto de 2010
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Interés general
Agmer denuncia abandono de escuelas en planes de infraestructura
En Concordia una escuela que todavía no tiene nombre quedó marginada del plan oficial por el cual se invirtieron 285 millones de pesos, según el gremio. En Federal las constructoras de tres escuelas se retiraron sin terminar la obra.
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Agmer salió a cuestionar abandono en obras de infraestructura escolar.

U

na mirada, desde la calle, muestra esto: un edificio puesto en algún lugar en un tiempo impreciso que ahora está así: estropeado, abandonado, rodeado de un minibasural donde un perro cualunque rebusca un poco de comida. Ahí adentro, en el interior de este edificio puesto en algún lugar en un tiempo indefinido, unos 250 chicos dan clase todos los días, 13 docentes se reparten en las aulas, y hacen lo que pueden. En un lugar de este edificio hay un aula, un aula de 1° A, y en una pared descuidada, un gran papel azul profundo, y sobre ese papel azul profundo, los nombres de los nenes de 1° A: Juan, Germán, Brian, Ariel, Leonardo, Iván, Alejandro, Lucero, Micaela, Daiana, Ayelén, Milagros y, alrededor, pupitres despintados, sillas descuajeringadas, y un cartel: el nombre, es un decir, de la escuela. Es la Escuela Nº 76 “Sin Nombre”, de Concordia. Es la escuela que tiene un aula, una de tantas, y un pizarrón mordisqueado por el uso y los años, y en ese pizarrón, una clase de Matemáticas, y un “problemita” escrito en tiza: un oso cuesta $ 83. ¿Cuánto cuestan 5 osos? Más allá, hay indignidad: ventanas sin vidrios, mástil sin bandera, un sanitario que funciona “a balde”. Números discutibles Cristina Leiva, secretaria gremial de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer), muestra carpetas, saca listados, hace cuentas, coteja datos, y dice que no todo lo que se anuncia se traduce en la realidad. “No todas las escuelas están en los listados de obras que anuncia el Gobierno. Esta escuela, por ejemplo, no está”, dice. Aunque los números oficiales arrastran contundencia: se han invertido en la provincia 285.605.517,67 pesos en infraestructura escolar. La Comisión Administradora de los Fondos Excedentes de Salto Grande (Cafesg), 10.029.110,82 pesos; la Dirección de Arquitectura y Construcciones, 177.529.242,42 pesos; y la Unidad Ejecutora Provincial (UEP), otros 98.047.164,43 pesos. Leiva está al frente de un relevamiento que procura contrarrestar los anuncios de inversión con las situaciones concretadas en cada ciudad de la provincia, y dice que ya se han advertido casos emblemáticos de edificios escolares en muy malas condiciones. “Estamos viendo cuáles son las condiciones de riesgo en la que están trabajando tanto docentes como alumnos”, dice. “Esta es la realidad –asegura Leiva, mostrando datos del estado deficitario de edificios escolares–: muchas veces el discurso no condice con la realidad. Nosotros estamos probando que las escuelas no están en condiciones, que representan un riesgo potencial”. La información que colecte la comisión central de Agmer procurará “accionar” en procura de hacer cumplir la Ley de Riesgos del Trabajo en todas las escuelas de la provincia, sostiene la dirigente. “La Escuela Nº 76 no es la única que está en malas condiciones. Hay muchos más casos”, añade. Olvidos La situación de “abandono” de escuelas que estaban en planes que nunca se concluyeron fue puesta de manifiesto también por el secretario general de la seccional Federal de Agmer, Francisco Nessmann. El dirigente resaltó el estado del edificio de la Escuela Nº 61, incluida en su momento en el Plan 700 Escuelas, hoy “abandonada”. Al respecto, el dirigente apuntó: “La obra de la nueva escuela nunca se terminó”. No pasó algo distinto con los edificios de la Escuela Nº 28, ubicada en zona rural; y el jardín de infantes de la Escuela Nº 52, emplazada en zona urbana, ambas del departamento Federal. “En cierta medida y con distintos ritmos estas obras se empezaron, pero nunca se terminaron”, señaló Nessman. Un informe que produjo Agmer Federal, da cuenta que entre agosto de 2008 y febrero de 2009 sistemáticamente las empresas constructoras abandonaron todas las obras, quedando –según se mire– a medio empezar o a medio terminar cada una de ellas. “Y es lamentable ver el estado en que está cada edificación. Según dicen los constructores, los trabajos se paralizaron por falta de pago. Lo cierto es que están abandonadas, sin soluciones a la vista y, lo que es peor, conviviendo con las ruinas que intentaron suplantar”, indicó. (Fuente: El Diario)
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