A
mediados de agosto el gobierno de Sergio Urribarri licitará la construcción de la nueva cañería de impulsión de agua potable de la ciudad de Colón, desde la planta ubicada en la costanera hasta el tanque elevado de Moreno y Hernández, con una inversión de $ 1.800.000. Así lo anunció el ministro de Planeamiento, Infraestructura y Servicios, Guillermo Federik al intendente Hugo Marsó y al senador Oscar Arletazz, quienes concurrieron al despacho del funcionario para interiorizarse de la marcha de la futura obra. El tendido de la nueva cañería de impulsión –en un tramo de 1.450 metros de extensión, por calle Moreno- va a solucionar un problema histórico de la ciudad. Lo que se reemplaza es un caño obsoleto, que hace más de veinte años viene generando cortes en el suministro de agua, principalmente en temporada alta cuando aumenta el consumo y está más exigida la red, como aconteció este verano con un corte de dos días el segundo fin de semana de enero. Al tomar conocimiento del tema a través del intendente Marsó, el gobernador decidió darle un corte al problema que afecta no sólo a los vecinos de Colón sino que ocasiona perjuicios al turismo. El caño que ahora se reemplaza saca la producción de agua de la planta y la lleva hasta el tanque. Tiene un diámetro 450 mm, (casi medio metro), y por su grosor (clase10) soporta un peso de 10 kg por centímetro cuadrado y resiste una columna de agua de 100 m de alto. Esto es importante porque la cañería tiene que soportar el peso del agua del tanque, pero al mismo tiempo la presión que ejerce desde el otro extremo la bomba instalada recientemente por el gobierno municipal para enviar agua a la red de manera inteligente, es decir, aumentando el caudal cada vez que detecta un aumento en el consumo. Si el caño no resiste sufre roturas a causa de la presión.