E
l terrible accidente ocurrió cerca de las 14,00 del domingo, cuando Alejandro Javier Ibáñez, de 15 años de edad y conocido con el alias de “quinquin”, caminaba por esa zona acompañado por otros dos niños de 11 y 7 años. En un momento de “travesuras” -según detallaron los otros menores a la policía- la víctima comenzó a trepar a una torre que sostenía cables con la electricidad que alimenta el sistema de bombas de extracción de la defensa sur, con la mala fortuna que una vez en la cúspide perdió el pie y pretendió sostenerse tomándose de uno de los cables por los que pasan 13.000 voltios, según especificaría luego personal de la Cooperativa Eléctrica que debió ser convocado al lugar. Según detalló el comisario Lucio Villalba, la policía fue advertida por un llamado al Comando Radioeléctrica, y cuando llegó hasta el lugar un móvil de la comisaría 1º se encontró con el cuerpo del chico al pie de la torre. De acuerdo a la explicación de los técnicos, la tremenda potencia eléctrica le habría provocado una muerte instantánea al menor. Incluso, como cruda prueba de la terrible descarga, una parte del brazo del chico quedó “pegada” a la línea y debió ser retirada por personal de la distribuidora de energía local. La víctima vivía con su padres en un galpón abandonado en inmediaciones de calle Hipólito Irigoyen y Scattini, zona del viejo Molino. (Fuente: diario Río Uruguay).