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��El vicecanciller uruguayo, Roberto Conde declaró este mediodía que el acuerdo ‘está cerrado’ sin embargo nuestra cancillería desconoce a qué se refiere”, publicó este viernes en su sitio Twuitter el ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Héctor Timerman. El secretario de Estado remarcó que el acuerdo es “simple” y se trata del acceso de profesionales a la planta de celulosa de Fray Bentos para un monitoreo ambiental. “Insisto! El acuerdo es simple: acceso irrestricto a los científicos para que controlen Botnia y todos los establecimientos industriales y agropecuarios en ambas márgenes del Rio Uruguay”, dijo el jerarca argentino. Minutos más tarde, el canciller agregó: “Si Uruguay acepta acceso irrestricto de Comisión de científicos a todas las plantas incluyendo Botnia hay acuerdo”. “Por supuesto que la Argentina acepta acceso irrestricto de científicos de ambos países a todas las plantas en la ribera argentina del Río”. Más temprano por la misma red social, Timerman había confirmado que se llegó a un acuerdo con Uruguay para el monitoreo conjunto del río Uruguay. El ministro publicó en su cuenta en Twitter que primero se realizará “el control científico” en la planta de UPM (ex Botnia) y luego “en el resto del río”. Este viernes el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Luis Almagro, afina detalles del acuerdo. Timerman agregó que el gobierno argentino no pedirá nada que no esté dispuesto a ofrecer. El canciller explicó que aunque el fallo de la Corte Internacional de La Haya “ordena monitorear sólo el funcionamiento de la planta de Botnia -UPM, la Argentina ofrece extender el mismo control a todo el río y a ambas márgenes”. “Hemos decidido abrir al control científico, y sólo científico, a todos los establecimientos industriales y agrícolas que estén sobre ambas márgenes del Río Uruguay y en primer lugar la planta de Botnia-UPM, así como aquellos que se instalen en el futuro”, dijo. El ministro argentino indicó que coincide con el presidente José Mujica en que no entrarán a la fábrica ni periodistas, ni políticos, ni piqueteros. Timerman hizo hincapié en que este no es un problema político, sino “ambiental” por lo que pidió “no politizarlo”. “Debe pues, resolverse dejándolo en manos de científicos que estudien y monitoreen el impacto en el Río Uruguay de las actividades industriales y agrícolas que se desarrollan en ambas márgenes del río”, dijo. Timerman pidió que ambos gobiernos trabajen juntos “para obtener nuevas fuentes de desarrollo económico que generen trabajo digno y una mejor calidad de vida a todos, uruguayos y argentinos".