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onocido en Victoria por su labor sacerdotal y social, especialmente por su labor en la creación y desarrollo de La Casita del Negrito Manuel, mencionó en su declaración a Jorge Luis Mamona García, único imputado que permanece prófugo de la Justicia desde abril de 2006, cuando el juez Carlos Rozanski ordenó su captura por nueve casos de torturas. Musse en su declaración, denunció que fue “visitado” en su casa de Victoria por personas que se identificaron como oficiales del servicio penitenciario bonaerense. “Hace tres años me vinieron a visitar dos personas, uno de ellos se anunció como García. Me solicitaron que intervenga para ayudarlos en esta causa”, atestiguó. “Después de la muerte del padre Carlos Mujica sufrí varias persecuciones”, relató Musse quien, paradójicamente, había sido párroco de diferentes cárceles antes de quedar detenido. El 8 de junio de 1976 ingresó a la Unidad Penal Nº 9, pero antes pasó por la cárcel de Dolores, Sierra Chica y Devoto, y salió en libertad en 1982 por tratativas del papa Juan Pablo II en su visita a Argentina. “Éramos 17 los sacerdotes reunidos en la Unidad Nº 9, y gracias a la intervención del obispo Manuel Marengo logramos estar todos juntos en el pabellón 4”, sostuvo. Y agregó que monseñor Plaza (activo colaborador de las fuerzas represivas durante la dictadura militar) le “solicitó que firmara el acta de arrepentimiento para poder seguir perteneciendo a la Iglesia Católica”, pero a partir de su rechazo se les “prohibió realizar cualquier tipo de acto religioso”. Por su condición de sacerdote no sufrió ningún tipo de tortura física “pero psicológica en todo momento”, aunque destacó: “Estuve dos veces en los chanchos (calabozos) pero en la segunda oportunidad estuve aislado ocho días por hablar con otro preso detrás de las rejas”, publicó el sitio Infoanpress. “En el Pabellón Nº 1 estaba en la celda Nº 2 y al lado se encontraba Dardo Cabo (conocido militante justicialista, especialmente después de izar la bandera de Argentina en las islas Malvinas tras de secuestrar un avión). Una noche, mientras jugaba con él al ajedrez bajo el sistema morse, ingresaron a su celda y Cabo, que nunca se asustaba porque era muy calmo y siempre sabía qué debía hacer en determinadas circunstancias, me pidió ayuda a los gritos porque algo sospechaba. Intervine, pero el oficial Andrés Basualdo me respondió que no era día de confesiones. Al otro día le aplicaron la Ley de Fuga, lo mataron”, compartió ante el Tribunal. Más adelante, se refirió a la inspección del 13 de diciembre de 1976, la cual describió como “una requisa generalizada”. Al respecto, relató: “No podíamos levantar la cabeza y, mientras estábamos en esa posición, nos pegaban”. Luego de ella, al testigo lo cambian al Pabellón Nº 4 junto con el resto de los sacerdotes: “Todos estábamos por la misma razón: pertenecer al Movimiento de curas Tercermundistas”, aseveró. Además, el cura Musse remarcó que su hermano tuvo que dejar de visitarlo “porque otros familiares de presos con el que él se relacionaba los días de visitas fueron desapareciendo”. Durante la dictadura militar de los 70, en la Unidad Nº 9 se produjeron 30 muertes: 17 de familiares de los presos y las 13 dentro del penal o con la aplicación de la Ley de Fuga. La única causa abierta que tuvo el padre Musse fue alquilar un departamento en Mar del Plata bajo otro nombre, por sentirse perseguido