L
a directora de Epidemiología de Entre Ríos, Silvina Saavedra, destacó que “se efectúa un exhaustivo análisis y un plan de control de la leptospirosis, lo que permitió evitar que haya casos fatales como en otras provincias”. Durante la pandemia por la gripe A y la reaparición de enfermedades como el dengue, Entre Ríos "demostró que la vigilancia epidemiológica es esencial para la implementación de políticas orientadas a la prevención y promoción de la salud", agregó. Del mismo modo y debido a la sospecha de que los casos de leptospirosis no estaban debidamente notificados desde el Ministerio de Salud se resolvió realizar lo que se denomina “vigilancia epidemiológica”, para realizar un exhaustivo análisis y control de la enfermedad durante el período de los años 2007 al 2010. “Esta es una herramienta que sirve a su vez para decidir acciones y definir una política en torno a este tema”, explicó Saavedra y luego afirmó que “también gracias a este monitoreo y control se ha evitado que en Entre Ríos se registren casos fatales”, algo que - señaló- “sucede en otras provincias con una situación geográfica, rodeada de ríos y con un clima similar al de Entre Ríos, en las cuales sí se produjeron decesos”. “Las excesivas precipitaciones y la secuelas de las inundaciones en la costa del Paraná y del Uruguay son factores que inciden en la aparición de la leptospirosis”, dijo la funcionaria al comentar que “este fenómeno climático es uno de los factores de riesgo con rol más importante en la enfermedad”. Saavedra explicó además que como forma de atenuar el impacto negativo que pueda tener esta enfermedad, “el ministro Giano solicitó la elaboración de un plan de control de la leptospirosis para ser implementado en los próximos meses en el territorio de Entre Ríos”. “El aumento de casos es proporcional a la búsqueda activa, a la vigilancia que se está realizando que implica también que los profesionales y trabajadores de Salud estén atentos a sospechar que se trata de un caso de leptospirosis cuando una persona presenta síntomas, algo que antes tal vez pasaba sin ser diagnosticado”, señaló y agregó que “a mayor conocimiento de los equipos de Salud y de la población en general todo el sistema de vigilancia detecta más rápidamente y en forma precoz los casos”. Estudio efectuado en la provincia “La provincia ha hecho un gran avance al considerar esta enfermedad dentro del sistema de vigilancia”, sostuvo Saavedra y destacó el trabajo de campo que se efectúa desde la residencia en tal sentido. Más adelante, indicó que “hubo muchas localidades que debido al trabajo de los equipos de salud, municipales y los propios vecinos han logrado que no se presenten casos de leptospirosis, porque se trata de una tarea mancomunada que preserve los ambientes saludables”. No obstante Saavedra señaló que “Entre Ríos es una de las zonas endémicas. Esto significa que por sus características la provincia es un lugar geográfico reconocido de transmisión continua para esta enfermedad”. Luego comentó que “es una enfermedad considerada reemergente en los países del Cono Sur, aunque está ampliamente distribuida en el mundo, con una mayor prevalencia en las regiones tropicales” y añadió que “las condiciones ambientales como lluvias abundantes, desborde de aguas residuales durante las inundaciones, suelos no ácidos o altas temperaturas, favorecen la transmisión”, explicó. Debido a estos condicionantes climáticos, hídricos, geográficos, Saavedra manifestó que “la ocurrencia de casos de leptospirosis por departamento durante el período 2007-2010, muestra una prevalencia en localidades como Gualeguaychú, Paraná, Victoria, Diamante e Ibicuy” y agregó que “los factores de mayor implicancia en la aparición de la enfermedad son tanto las inundaciones como la ocupación de las personas ya que en muchos lugares de trabajo es donde está la leptospira”. Al analizar los factores de riesgo a los que estuvieron expuestos los pacientes que padecieron leptospirosis en el período 2007-2010, se observa que el factor de riesgo predominante fue el ocupacional (52,17%) representado por pacientes que desarrollaban las siguientes actividades: trabajo rural, albañilería, frigorífico, ladrillero, cartoneros y pescadores. En segundo lugar, el factor ambiental, debido principalmente a las inundaciones que afectaron nuestro territorio durante los últimos años, sin dejar de considerar que la presencia de roedores, canes infectados y otros tipos de huéspedes acompañado de factores medioambientales que ocupa un lugar importante en la epidemiología de la enfermedad. Saavedra destacó que durante este año “no se ha registrado ninguna muerte por esta enfermedad”.