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e acuerdo a los datos del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) organismo dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, con 61 donantes reales junio se transformó en el mes récord en la cantidad de donantes de órganos en el país, superando el anterior registro de setiembre de 2007, de 58 donantes. La buena noticia esta vez no coincide con los datos de Entre Ríos. Si bien a nivel nacional creció el número, acá fueron menos los donantes en lo que va del año. Según contó Pablo Sors, encargado de prensa del Cucaier, este año son hasta ahora nueve las donaciones multiorgánicas y tres los pacientes que donaron córneas. En 2009 sumaron 27 las multiorgánicas y siete las de tejidos. “Todavía no sabemos cómo terminará el año; por ahora el número es bajo”, dijo, y recordó que Entre Ríos marcó el récord en 2008, cuando se registraron 39 donaciones multiorgánicas. “Ahora el país tiene datos récord, en 2008 nosotros estábamos encima de la media nacional”, dijo Sors. Y aclaró que el trabajo del Cucaier es el mismo de siempre. Los datos nada tienen que ver con falta de conciencia sobre la importancia de la donación. “Hubo algunos factores que no permitieron la donación en determinadas situaciones de muerte encefálica. Por ejemplo contraindicaciones médicas, procesos infecciosos, presencia de un tumor, paros cardíacos antes del trasplante, entre otros. Consultado sobre cuáles son los órganos que se donan en los operativos multiorgánicos, contó que muchas veces el hígado, corazón, pulmones, riñones, a veces también el páncreas y un riñón. Y respecto a cuáles son los órganos que más se requieren en las listas de espera el especialista indicó que los riñones lideran los pedidos. Hoy en Entre Ríos hay 151 pacientes en la lista y la mayoría aguarda por un riñón. Respecto de la cantidad de trasplantes contó que a los datos los lleva el Incucai, sobre todo porque en Entre Ríos existe sólo un centro de trasplantes y la mayoría se hace en otros puntos del país. Suman 18 los pacientes trasplantados según los datos que se pueden observar en la página digital del Incucai. El trasplante es un tratamiento que el médico indica cuando se ha agotado toda otra posibilidad de curar. Es el reemplazo de un órgano vital (o tejido) enfermo, sin posibilidad de recuperación, por otro sano. Sólo es posible gracias a la voluntad de quienes solidariamente dan su consentimiento para la donación. ¿Cómo es un operativo? Una persona llega a un servicio de terapia intensiva por diversos motivos. Entre las causas más frecuentes de muertes que desembocan en donación de órganos están: el ACV hemorrágico y el traumatismo de cráneo, frecuentemente causado por accidentes. Si estas personas mueren, el fallecimiento por muerte encefálica es informado al Cucaier y este lo comunica a la guardia permanente del Incucai y así se pone en marcha formalmente el operativo, que recibe un número que identificará todas las acciones. El equipo médico evalúa la historia clínica y el estado general de mantenimiento de los órganos y tejidos de la persona fallecida para constatar su viabilidad para trasplante. Los profesionales del Cucaier solicitan a la familia la donación. La entrevista se realiza con total privacidad. En ella se brinda toda la información necesaria para la decisión y la contención en un momento tan difícil. Si la familia da su consentimiento, el operativo sigue su curso. Si la decisión es negativa, finaliza. Mientras tanto el cuerpo de la persona donante es mantenido en las condiciones que aseguran la viabilidad de los órganos. Cuando el cerebro ha dejado de funcionar (muerte encefálica) todas las funciones que él cumple dejan de llevarse a cabo y hay que suplirlas. Sólo en un servicio de cuidados intensivos es posible realizar esa tarea de mantenimiento. El siguiente paso es la ablación, es decir una serie de intervenciones quirúrgicas llevadas a cabo por uno o más equipos médicos, en las que se extraen los diferentes órganos y tejidos que servirán para trasplante. En general, el mismo equipo quirúrgico responsable de realizar el implante es el que hace cada ablación. El proceso dura de dos a cinco horas y no modifica el aspecto exterior del cuerpo, que es tratado con el máximo respeto. Los órganos y tejidos son asignados a los receptores de acuerdo a los estrictos criterios manejados por el Incucai, ente que elabora y administra las listas de pacientes en espera. Los órganos y tejidos se trasladan cada uno al centro de trasplante donde será intervenido cada paciente receptor. En el caso de órganos como el corazón, pulmones e hígado, este traslado debe ser lo más rápido posible para asegurar la viabilidad del material anatómico. Incucai y el Cucaier finalizan los trámites del operativo en curso hasta que cada paciente ha sido implantado, e interesándose por su evolución. (Diario Uno)