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e la redacción de INFORME DIGITAL Con motivo de la conmemoración del 36º aniversario del fallecimiento de Juan Domingo Perón, bustistas y urribarristas, encabezados por sus referentes políticos, llevaron a cabo dos actos en la ciudad de Paraná, donde la interna se ganó el primer plano tal como viene sucediendo en los cotidianos cruces mediáticos. Planteando con crudeza sus puntos de vista sobre diferentes aspectos de la política vernácula, el gobernador Sergio Urribarri y el presidente de la Cámara de Diputados Jorge Busti hicieron un virtual contrapunto que dio la impresión de que hubiesen polemizado cara a cara. El peronismo Busti apuntó a las alianzas del kirchnerismo y a su relación con la tradición histórica del justicialismo al sostener que “Kirchner dijo que el peronismo estaba superado y quiso hacer un movimiento transversal. ¡Pobre hombre! El no sabe cómo va a terminar su etapa de gobierno. Perón está en el sentimiento del pueblo argentino”. Interpretando las posiciones del ex gobernador como excusas, Urribarri manifestó que no quiere “dirigentes que inventen pretextos para desafiliar compañeros e intentar armar otro partido. Un peronista que se desafilia es un dolor enorme para el movimiento nacional justicialista”. Jubilados y el 82% móvil “Resulta que ahora nos enteramos que esta maravilla de ministro de Economía que tenemos, que era un joven brillante de la UCD, (Amado) Boudou, dice que el 82% móvil solamente se aplica en Luxemburgo”, reseñó el ex gobernador y le aconsejó al funcionario “que recorra el interior del país (porque) aún en las peores crisis por la Ley 8732 la caja de jubilaciones de Entre Ríos siempre lo mantuvo. ¡Pedazo de ignorante!” El mandatario provincial afirmó no entender tales posturas sobre el gobierno nacional porque “después de 60 años, donde más de tres millones de viejos que se habían roto el lomo laburando y que jamás en la vida habían tenido beneficios hoy los tienen gracias a este gobierno peronista”. Polémica con los derechos humanos El gobernador de la provincia destacó que “por primera vez (un gobierno) se haya plantado y haya plena vigencia de los derechos humanos, donde sus abuelos, sus padres, sus madres, tengan el derecho a saber donde están los huesos de miles de desaparecidos y que los que lo hicieron paguen”. Pero, en un dardo envenenado contra el ex presidente Kirchner, Busti consideró que “no tenemos que sobreactuar con los derechos humanos porque yo en el 76, 77 y 78 no hacía usura en Santa Cruz”. Obras virtuales - Obras reales El tres veces mandatario provincial planteó que “no tengo necesidad de anunciar ninguna obra; las obras están a la vista, pero también quiero decirles que mis obras son reales, no virtuales. Las obras que yo realicé existen”, sembrando suspicacias respecto de cuál es el correlato entre anuncios y concreciones de la actual gestión, mientras que quien fuera diputado provincial e intendente de General Campos definió a su gestión como “un proceso de transformación que no tiene antecedentes en Entre Ríos desde la época de un gobierno peronista el de Enrique Tomás Cresto. Y por ahí escucho que algunos hablan de que no hay federalismo; yo prefiero este federalismo, el federalismo de los recursos, de las obras, las casi 70 escuelas, de la reconstrucción de las rutas troncales, de las viviendas”. De la continuidad positiva a la interna Según recordó Busti “hace dos años y medio –cuando asumió Sergio Urribarri- era bueno y el gobernador actual decía que no tenía pretexto para gobernar mal porque le dejábamos una economía ordenada y obras en construcción. Ahora no puedo transformarme en malo, en un demonio. Seguramente no seré tan bueno ni tan malo, pero dejé la provincia bien y la voy a volver a recuperar”. El mandatario, haciendo referencias a las acusaciones de traición a quién impulsó su candidatura en 2007 se definió como “un gobernador con autoridad, con decisión propia, sin depender de nadie, sin ser títere de nadie”. Mundial, inflación y patriotismo Como lo había planteando en declaraciones previas a la prensa, el presidente de la cámara de Diputados pidió a los dirigentes del oficialismo que “no caigan en esos análisis elitistas porque está el fútbol y, si bien remarcó su deseo de que “ojalá ganemos el mundial”, advirtió que “al otro día que termine, los problemas cotidianos de los aumentos de precios, el problema de que el salario no aumenta y las mentiras cotidianas de todos los días del mundo virtual, van a seguir existiendo”. Por su parte, Urribarri adhirió al sentimiento futbolero y opinó que “ser peronista es también tener el corazón latiendo muy fuerte cuando juega Argentina y no especulando con que una derrota de la selección perjudique al gobierno que está haciendo las cosas bien. En mi vida he visto dirigente políticos poniendo en duda la suerte de la selección porque temen por la suerte de ellos. La verdad compañeros es un chiste”, se mofó.