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na exhaustiva investigación de un veterinario pudo establecer que una bacteria presente en el suelo había sido la causante de la muerte de las vacas que aparecieron mutiladas el 11 y el 31 de mayo en Chajarí. De acuerdo al seguimiento del profesional en épocas de engorde e importantes lluvias surge y provoca, además de la muerte súbita del ganado, la eliminación de órganos. El análisis del veterinario apuntó a la aparición de un tercer animal, el cual fue hallado en un campo de Colonia Belgrano en los primeros días de junio. “En el transcurso que habían muerto las dos vacas anteriores hasta la tercera no vacunamos, no hicimos nada, y cuando encontramos el nuevo cadáver el 4 de junio, éste no presentaba ninguna mutilación, sí encontramos todas las evidencias de un animal que muere por una septicemia producida por clostril, es decir que se encontraba en el cuerpo una gran actividad microbiana, formación de edema, un rigor mortis muy pronunciado y formación de gas. A simple vista esa muerte se debe a la presencia de clostrimia, son unos microorganismos que conviven con el animal, se encuentran en el suelo, es una enfermedad que está presente, pero en determinadas circunstancias y situaciones, se desarrollan, proliferan y pueden llegar adquirir un valor patógeno muy importante, generalmente se dan las condiciones y en épocas de muy buena alimentación y luego de las lluvias”, explicó. “El último cadáver hacía 24 horas había muerto, la vaca es un rumiante, tiene una cuba de fermentación que esta poblada de bacterias, la bacteria va por vía oral, hay muchísimas clases de clostril, en esta vaca que encontré pude filmar la actividad microbiana y destruye todo. Es una bacteria anaerobia, quiere decir que para proliferar ella necesita poco oxígeno, y en un animal gordo esto, por diferentes motivos, se da. Esta vaca estaba preñada grande, y en este caso la ubre concentra mucho calor con lo cual éste era un campo muy propicio. Esto sucedió el 4 de junio, para el día 6 encontramos la ausencia de los pezones, además de las moscas y larvas, para el día 8 ya no tenía la ubre y tenía lo que parecía un corte y le faltaba la quijada y la lengua. Son toxinas histolyticas, no es fácil aislar una toxina como esta porque esta presente en la naturaleza, el consejo es vacunar si o si, asesorarse con el veterinario y si uno investiga las condiciones ideales para que esto no se produzca, tiene que evitarse”, continuó el profesional en declaraciones (Fuente: Chajarí al Día)