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ecordemos que tal como se conoció a mediados del mes de mayo, un “hecho estremecedor”, habrían vivido el chofer de una línea urbana de colectivos y un pasajero, en la zona del cementerio de San Benito. Habían asegurado que una imagen fantasmagórica se les apareció y se desencadenaron extraños sucesos. Si bien en ese entonces se había conocido la versión de allegados a quiénes protagonizaron el acontecimiento, ahora, un testigo de la aparición del espectro, habló por primera vez, públicamente.
Dio su versión de los hechos, en diálogo con el programa Códigos, que se emite por Canal 11 de Paraná: “Íbamos por la zona de La Floresta, en el colectivo 93 de la Línea 20, cuando se detuvo solo, al momento en que le hace seña para subir, una señora petisita". La mujer, describió Cabrera, "se podía ver como agachada y con el pelo tapándole la cara. Paga con monedas, la máquina se activo sola y salió el boleto. Se sentó en uno de los primeros asientos”. Detalló que la unidad circulaba “no con mucha gente”.
El hombre mencionó que luego de unas cuadras, se dio cuenta del aspecto extraño de la mujer, ya que “no era una mujer normal, tenía dos gotas como de sangre en las pupilas y una baba que le bajaba y le subía, de color verde”.
Al mismo tiempo, contrariamente a la versión que había circulado en un primer momento, el hombre asegura que “la ven” subir en la zona del hipermercado de calle Larramendi. Al llegar a la zona del cementerio de San Benito, “se para y le dice al chofer que ella quería volver nuevamente a calle República de Siria”. Continuando con su relato de cómo se dieron a su entender los sucesos, el hombre que confiesa que vivió un momento “muy dramático” ese misterioso día, indicó: “cuando llegamos a la zona de la estación de servicio, ella se baja, pero no lo hizo verdaderamente, sino que se depositó invisiblemente en la parte de atrás, cerca del timbre” del colectivo.
Relató además que al colectivo en el que se dio la misteriosa aparición, “lo tenían que lavar continuamente por el olor que le quedó”, según le ha dicho personal de la empresa, mencionó.
Sólo vieron a la extraña figura, “cuatro personas: la mujer de un chofer de la línea 20, un hombre que trabaja en una metalúrgica y que se baja en Avenida Zanni, Gastaldi, que manejaba el colectivo, y yo”, afirmó el hombre. No obstante hizo hincapié en que en la unidad “eran más personas las que viajaban, pero no la vieron todos”.
Narró que él intentó bajarse del micro, aunque sintió “como una presión para que me volviera a sentar”. También mencionó que a la extraña imagen “le cambió dos veces la voz, primero habló como mujer y después como demonio”.
La mujer viajaba con una bolsa, “que era plástica y transparente” y en cuyo interior había una cabeza, con las orejas comidas”, manifestó.
Añadió que al momento de bajarse, “lo señala a él nomás (a Gastaldi, el chofer) y le balbucea algo, señalándolo con el dedo”. Aunque después, “yo ví que se pegó al colectivo y se volvió a meter”.
“Cuando el colectivo llega a calle Jorge Newbery, él (el chofer) tenía que pasar los colectivos de la Línea 4, porque el timbre le sonaba una vez largamente y después muchísimas veces. En la zona de Avenida Zanni le sonó muy fuerte, ahí se tira abajo, tuvo que parar el colectivo. No podía abrir la puerta, cuando lo logra y nos bajamos, estábamos como un papel de pálidos”, describe. Acotó que cuando ya estaban abajo, “las puertas se abrían y cerraban constantemente y se prendían y apagaban solas las luces”, refirió Cabrera.
"Viví dos semanas con la muerta en mi cabeza, soñándola, trastornado”, confesó el hombre, al tiempo que aludió que la misma situación es vivida por el chofer que manejaba el colectivo de la línea 20. Dijo que lo que cuenta, “me pasó, no estoy loco”, tras agregar que no tiene ningún antecedente psiquiátrico. Dijo que está “convencido” de lo que vio y no que fue sugestión.
“Esto no es cosa de depositar una mentira, esto nos pasó; por eso lo cuento. Fue un calvario tremendo ese día, esa hora y media, lo que nos pasó. Esto me cambió la vida”, destacó.
