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a Cámara Federal de Apelaciones de Paraná resolverá la semana próxima sobre los pedidos de revocatoria del auto de procesamiento y el pedido de eximición de prisión efectuado por el ex oficial de Inteligencia del Ejército Juan Daniel Amelong, procesado por robo de bebés nacidos en el Hospital Militar de Paraná durante la última dictadura militar. El represor, en ejercicio de su autodefensa, hizo una extensa alocución en la que planteó la incompetencia del tribunal, la carencia de fundamentos e ilegalidad de la prisión preventiva y pretendió cuestionar el carácter de imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad. Tanto el fiscal general Ricardo Álvarez, como los querellantes Marcelo Baridón y Álvaro Baella rechazaron todos los planteos y reclamaron que se confirme el procesamiento y la prisión preventiva. Amelong está procesado con prisión preventiva desde septiembre de 2008, junto con los también militares Walter Pagano, Héctor Marino González, Jorge Fariña y Pascual Oscar Guerrieri y el médico anestesista Juan Antonio Zaccaría. El delito que se les imputa es la sustracción de menores de 10 años y sustitución de identidad en perjuicio de la pareja de mellizos nacidos en el Hospital Militar durante el cautiverio de su madre, en el centro clandestino de detención Quinta de Funes, que funcionó en las afueras de Rosario. Raquel Negro dio a luz una niña y un niño entre febrero y marzo de 1978, el nene habría fallecido unos días después por un problema respiratorio y la nena fue dejada en la puerta de un convento, según el testimonio del ex oficial de Inteligencia Rodolfo Constanzo, por Fariña y Amelong. Sabrina Gullino recuperó su identidad el 23 de diciembre de 2008. Apercibido Al momento de su exposición, Amelong pretendió cuestionar al tribunal por considerar que durante la dictadura hubo “una guerra revolucionaria” y la competencia para el juzgamiento correspondía a la Justicia Militar. Sin embargo, fue interrumpido por el fiscal general Ricardo Álvarez, quien le retrucó que el imputado ya se había sometido al proceso y que no era el momento de hacer tal cuestionamiento. En una tediosa alocución, el represor intentó exponer “contradicciones” entre los testigos y tildó de “fabulador” a Rodolfo Constanzo, un compañero de armas que se convirtió en el principal testigo en esta causa, por cuanto su testimonio permitió la localización de Sabrina Gullino, la hija de Raquel Negro y Tulio Valenzuela, nacida en el Hospital Militar de Paraná. Amelong, descalificó a Constanzo al considerar que es un “testigo de oídas”. Luego de una amonestación de parte del tribunal por introducir elementos que no hacían al motivo de la audiencia, Amelong aseguró que no estaba en el país al momento en que se habría producido el nacimiento de los mellizos. “A la fecha en que se imputan los hechos no estaba en funciones. En el legajo consta la licencia entre el 15 de febrero y el 15 de marzo de 1978, exactamente el momento en que se produjo el hecho. Inclusive no estaba en el país y eso debe constar en los registros migratorios porque utilicé mi automóvil particular”, aseguró el ex oficial de Inteligencia. Paella Fastidiado se lo notaba al fiscal general Ricardo Álvarez. Estaba inquieto y molesto; interrumpió varias veces la alocución del abogado-imputado Amelong para cuestionar la pertinencia de su declaración. Y cuando le tocó el turno, descalificó la forma en que el represor articuló su exposición: “No se puede advertir si procuraba negar el hecho, no admitir su responsabilidad o negar ambas cuestiones, en una especie de paella conceptual en la que poco se ha ilustrado respecto del hecho que pretende impugnarse”, aseveró, en medio de risas generalizadas. Álvarez no dudó en aseverar que “los hechos están sobradamente probados”, aclaró que “no hay fundamento para descalificar un testimonio vulgarmente denominado de oídas”, en referencia a los dichos de Constanzo, y recordó que Sabrina Gullino “recuperó su identidad” a partir de esa declaración. Respecto de la supuesta licencia que Amelong dijo haber tomado para la fecha en que se produjo el parto, Álvarez apuntó que “la maquinaria no tenía licencia, la gracia del aparato represivo es que podía funcionar aun con el intercambio de sus miembros y no se puede excluir la responsabilidad individual porque el destino de Raquel Negro y su descendencia ya estaba establecido de antemano”. Por su parte, el abogado querellante Marcelo Baridón destacó que tras el procesamiento de Amelong sobrevinieron situaciones importantes a la causa, como fue la identificación de Sabrina, el juicio y condena en Rosario y la ratificación del auto de procesamiento contra Walter Pagano, a quien se atribuye el traslado y abandono de la beba en un convento junto con Amelong. El tribunal integrado por Gustavo Ibáñez, Aníbal Ríos y Ramón González se expedirá el martes próximo. (Fuente: El Diario)