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El impacto de las medidas es marginal en la operatoria diaria del dólar porque, en realidad, están más orientadas al control de lavado de dinero y a la creación de barreras para poder contener al dólar en un momento de mayor presion, si llega el día de mañana la liquidación de dólares por las ventas de soja", señaló Gabriel Martini, analista de un medio de economía. El analista de la consultora que dirige Dante Sica habló, en cambio, de una mayor correlación entre los movimientos en el mercado cambiario local y los coletazos de la crisis europea. Osvaldo Cado, de la consultora Prefinex, coincidió en que "no tuvo consecuencia en la cotizacion de mercado" la entrada en vigor de las nuevas reglas del Central. Y explicó que los controles "le van a servir al gobierno para tener mas información de las empresas, pero no va a cambiar operatorias". "Lo que termina pasando con los controles es que los costos que generan superan con creces a los beneficios", señaló Cado. La moneda estadounidense terminó este martes estable al público, a 3,95 pesos, y el mayorista cerró alrededor de los $ 3,93. Sin embargo, el mercado informal mostró un cambio significativo: la divisa se disparó y pasó la barrera de los $4. En consionancia con el análisis de Martini, el analista indicó que el alza se debe a un "reflejo". "Cada vez que hay alguna novedad respecto a controles, se dispara inmediatamente el dólar informal porque se generan stocks (se anticipan compras) de forma preventiva, ante el desconocimiento por los costos reales. Luego, cuando se pueden magnificar costos, se acerca más al formal", detalló Cado. La normativa cambiaria que entró en vigor, que establece una máximo de compra de US$ 20.000 en efectivo y la necesidad de acreditar la capacidad de ingresos para quienes adquieran más de US$ 250.000 anuales, tiene por fin, entre otros puntos, desalentar la demanda de billetes. Como ocurre desde hace una semana, según fuentes del mercado, el Banco Central se ubicó en la vereda vendedora, y ofreció alrededor de 60 millones de dólares. En los últimos días, la entidad presidida por Mercedes Marcó del Pont tuvo que intervenir con más de 80 millones de dólares en cada rueda, para sostener el precio.