E
l arzobispo de Paraná, Mario Maulión, hizo el sábado un fuerte llamado en contra del proyecto que propone modificar el Código Civil y habilitar el matrimonio entre personas del mismo sexo que ya cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados de la Nación, y ahora avanza en procura de conseguir su sanción definitiva en el Senado. Al respecto, pidió que “la legislación que se está realizando respete y consolide la natural realidad de la familia. Es decir, de la familia formada por papá, mamá y por sus hijos. La dignidad de los hijos requiere el valor y la presencia de papá y mamá, de los verdaderos papá y mamá”, consideró. Lo hizo frente a una compacta presencia de fieles que se dieron cita en la Plaza 1º de Mayo para participar de la celebración de la fiesta de Corpus Christi, que comenzó con una misa en el atrio de la Catedral Metropolitana, y concluyó con una procesión hasta la Parroquia San Miguel, en Buenos Aires y Carlos Gardel, donde se depositó el Santísimo. “Naturaleza" En la homilía que pronunció ante los fieles –y que curiosamente fue interrumpida por un cerrado aplauso– Maulión alertó que “necesitamos recuperar el respeto por la familia y por la vida en todas sus formas. Todo lo que se busque hacer en esto será provisorio y frágil, sin una adecuada educación y sin una legislación que transmitan una profunda convicción moral sobre el valor de cada vida humana. De la vida de cada persona en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural”. El arzobispo –que en diciembre pasado cumplió los 75 años y por eso mismo presentó su renuncia al servicio activo a la Iglesia, según lo establece el Código de Derecho Canónico– sostuvo que la familia “es el lugar afectivo en el que se generan los valores comunitarios más sólidos, y sobre todo donde se aprende a amar y a ser amado. Por eso, reitero el pedido que ya ha sido formulado por los obispos de Argentina, que la legislación que se está realizando respete y consolide la natural realidad de la familia”, opinó. “En las circunstancias que vivimos, creo que es necesario recordar que la naturaleza no discrimina cuando nos hace varón o mujer. Nuestro Código Civil no discrimina cuando exige el requisito de ser varón y mujer para contraer matrimonio. Nuestro Código Civil simplemente reconoce una realidad natural”, postuló. En un discurso lineal, sorpresivamente sin fisuras, Maulión planteó que “las situaciones jurídicas de interés recíproco que haya entre personas del mismo sexo pueden ser suficientemente tuteladas por el Derecho común, por consiguiente sería una discriminación injusta contra el matrimonio y la familia otorgar al hecho privado de la unión entre personas del mismo sexo un estatuto de Derecho público”. En el senado El proyecto de ley de matrimonio igualitario tuvo media sanción de Diputados el 5 de mayo último, y ahora está bajo análisis y debate en la Cámara de Senadores de la Nación. La iniciativa habilita a personas del mismo sexo a contraer matrimonio y para eso introduce una modificación en el Código Civil, reemplazando la fórmula tradicional que distingue “hombre y mujer” y la reemplaza por el genérico “contrayentes”. El texto, de 43 artículos, establece 34 modificaciones al Código Civil. La reforma otorga a los integrantes de las parejas del mismo sexo iguales derechos que los que gozan los heterosexuales, incluido el de adoptar niños. Según ese proyecto, los “contrayentes” podrán, además, heredar, recibir la cobertura social y cobrar la pensión de su pareja. Aunque para convertirse en ley, requiere de la mayoría en el Senado. Precisamente, el arzobispo de Paraná apeló a la “conciencia” de los legisladores para que eviten dar el voto positivo al proyecto. “Apelamos a la conciencia de nuestros legisladores para que, al decidir sobre una cuestión de tanta gravedad, tengan en cuenta estas verdades fundamentales para el bien de la Patria y de las futuras generaciones”. Pero en el sermón no se ocupó sólo del matrimonio gay, sino que habló de “reconciliación” y sostuvo que “en el comienzo del Bicentenario de nuestra Patria, como creyentes sentimos, tenemos que sentir, la urgencia de consolidar nuestra Nación, de la que formamos parte. Consolidarla en los auténticos valores que hacen sólido a un país y a su cultura: los valores morales”. “Para esta consolidación, es necesaria la integración de los corazones. Uno de los aspectos necesarios para esta consolidación es la relación amistosa entre los hombres, entre nosotros, miembros de la Nación. Para ello, el diálogo es esencial. Lo mismo que ocurre en la familia, también en la sociedad es necesaria la armonía conseguida por el diálogo”, planteó, y después abundó en ese concepto: “Nunca llegaremos a dialogar sin una verdadera reconciliación. Tenemos necesidad de promover y renovar una confianza mutua entre nosotros, confianza que incluya la verdad y la justicia”. Heridas abiertas, y reconciliación Apenas seis minutos de los casi veinte que duró la homilía ante los fieles dedicó Maulión para referirse a la festividad de Corpus, una celebración a través de la cual los católicos manifiestan la fe en la presencia de Jesucristo en el Santísimo Sacramento. El resto lo dedicó a manifestar su postura contraria al debate en torno a la denominada ley matrimonio gay –palabra que se cuidó de utilizar– y a hablar sobre la necesidad de “reconciliación” entre los argentinos. “Las heridas abiertas en nuestra historia, de la cual también nos sentimos responsables, de alguna manera sólo se pueden cicatrizar si evitamos los intereses particulares”, postuló. Luego, indicó: “Las luces que tenemos en nuestra historia como país, y con nuestro presente, junto con las sombras dolorosas y penosas, son un desafío para transformar las sombras en luces, a la luz de la dignidad inviolable de cada ser humano, y de una concepción integral de lo que es la persona humana”. Por eso, aseguró, “entendemos que necesitamos avanzar en la reconciliación entre los sectores. Y en la capacidad del diálogo. Una amistad social que incluya a todos es el punto de partida para proyectarnos como sociedad. Es un desafío, porque aún no hemos logrado construir esa armonía en el transcurso de nuestra de vida nacional”. Y dijo que “es preciso también alentar el paso de habitantes a ciudadanos responsables. El que simplemente es habitante, hace uso de la Nación, busca beneficios, sólo exige derechos. El ciudadano es el que se siente responsable, por eso construye la Nación, por eso además de exigir sus derechos está comprometido en cumplir con sus deberes”. (El Diario).-