D
e la redacción de INFORME DIGITAL Pareciera que la necesidad de recurrir a amparos para lograr cobertura social por parte del Instituto obra social de la provincia de Entre Ríos (Iosper) se convierte cada vez más en una regla que en excepción. En los últimos tiempos se han conocido varios casos en los que afiliados y personas con escasos recursos económicos deben ir a la Justicia para que se proteja y se respete nada más y nada menos que la vida de las personas. INFORME DIGITAL tomó conocimiento de la situación de Ignacio, un joven de 16 que padece Mielomeningocele, un trastorno congénito (ver “¿Qué es la meningocele?) que le impide caminar normalmente y le provoca hidrocefalia (acumulación de agua en la cabeza). En los casos de personas que padecen esta enfermedad hay que controlar permanentemente las infecciones urinarias, cosa que le ocurrió a Ignacio. Su madre Beatriz, está afiliada al Iosper y relató la dramática situación que debió atravesar para obtener una sonda, vital para un tratamiento sin el cual su hijo corría riesgo de muerte. En primera instancia, la obra social negó cobertura por lo cual recurrió a la justicia. “A pesar del amparo favorable no me las entregaron. Eso fue en mayo. Hice la denuncia penal, volví a la justicia y reclamé. Era cuestión de una firma nomás”. Tarde y arriesgando la vida La mujer señaló que “la firma que faltaba era de la auditoría de medicamentos, pero este caso era urgente. Yo venía haciendo este reclamo”. Finalmente la sonda llegó tras nuevos reclamos judiciales. “Presenté otro amparo diciendo que Iosper no cumplía”, relató Beatriz, que aseguró que la sonda llegó 10 días tarde, lo que puso en riesgo la vida de su hijo. Ahora sigue su curso la denuncia penal por incumplimiento del amparo, ya que el Iosper recién acató después de una nueva orden de la Justicia. “Me parece que no es justo que después de 16 años que Ignacio está bárbaro, que lo hayamos arriesgado por culpa del Iosper”, dijo la mujer, quien sostuvo que nunca antes había tenido problemas “gracias a un montón de personas que estamos atrás de él y de todos los médicos que ha tenido” y agregó que “no perdono ni justifico que se haya expuesto a mi hijo por esta situación por culpa de un mal funcionamiento administrativo”. A medias De todas maneras, Beatriz aclaró que mientras esperaba que llegara la sonda y los medicamentos que necesitaba Ignacio con urgencia, reclamó “los demás servicios que le corresponden (atención en centros especializados) y que necesita en este momento”. Sin embargo “me contestaron que como esto no estaba en el amparo no se lo iban a dar”. Otro padre a la Justicia Ariel Ramos es papá de dos hijos. Uno de ellos nació hace 23 días con un problema cardíaco y requiere cada semana ser sometido a prácticas de ecodoppler, que tienen un costo de 96 pesos cada prestación. El bebé tiene un ventrílocuo invertido y una válvula semiobstruida, por lo que está siendo monitoreado a través de la técnica del ecodoppler. El ecodoppler es una técnica de medicina diagnóstica no invasiva que detecta el movimiento y la turbulencia de la sangre. El doppler color permite visualizar el desplazamiento de los glóbulos rojos por las venas (azul) y arterias (rojo) y mostrar en la pantalla la dirección y la velocidad de la circulación en las cavidades del corazón y en los vasos. En función a cómo evolucione, podrá ser sometido a una intervención quirúrgica que, según los primeros datos recabados por los padres del bebé, tiene un costo cercano a los 11 mil pesos. Por eso el papá, afiliado al Iosper, decidió pagar una suma extra y sumarse al padrón del Fondo Solidario, que así le garantizaría mayor cobertura. Se inscribió en mayo, pero tropezó con un escollo: el sistema tiene un “período de carencia” de cuatro meses, por lo cual todavía no puede acceder a los beneficios de ese fondo, según publicó El Diario. El Iosper creó ese fondo extra, al cual los afiliados se incorporan de modo voluntario, como método de financiamiento de las intervenciones de alta complejidad, y el objetivo final de disminuir los montos de los coseguros que deben abonar los afiliados. Para eso, deben abonar una suma mensual de 12 pesos extra. Ariel Ramos quiso conseguir eso precisamente: cobertura del 100 % en coseguro, y no abonar los 96 pesos por cada doppler. Pero no hubo forma. “Propuse pagar los cuatro meses en forma retroactiva, que me lo descontaran de una sola vez, para empezar a tener la cobertura, pero me lo negaron. Y con los sueldos que tenemos, se nos hace imposible pagar esa suma. Me dicen que tengo que esperar cuatro meses, pero en cuatro meses lo interno y lo opero, y no necesito realizar más el doppler, así que no me sirve”, dice que les dijo a las autoridades de la obra social. Cansado de darle vueltas al asunto, resolvió presentarse a la Justicia. Nada nuevo: el Iosper suele dar cobertura en afecciones serias, urticantes, delicadas, sólo mediante amparos que ingresan en la Justicia. A veces cumple, a veces incumple. El problema mayor se da con pacientes con discapacidad, sobre lo cual no hay normativa unívoca.