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onocida es la frase que reza eso de que el fin justifica los medios, para significar que, quien así lo desee, podrá sortear todos los obstáculos que se le presenten en pos de un objetivo a cumplir. Poco tendría que ver la frase con el tema planteado en esta nota. Salvo que se la entienda como la manera en que una persona (generalmente joven) que padece alguno de los conocidos trastornos de alimentación se las "ingenia" para cumplir con una práctica propia de la adolescencia, como el consumo de alcohol, sin recibir el perjuicio de las calorías que ello acarrea. La doctora Juana Poulisis (MN 97898) es médica psiquiatra y master en psicofarmacología y explicó que la alcohorexia no es un término incluido en ningún manual de trastornos mentales, sino la abreviatura que incluye a los atracones de alcohol compensados con una conducta de restricción alimentaria, que compensa calorías ingeridas en el alcohol. La especialista en trastornos alimentarios detalló que se trata de pacientes que "tienen un trastorno alimentario de base (bulimia o anorexia purgativa, que es similar a bulimia, pero tienen bajo peso y no tienen atracones) o trastornos alimentarios no específicos". "Son los típicos trastornos que conocemos, pero con determinadas características", aclaró la profesional, quien justificó el mal en el hecho de que las chicas beben más que antes (la ingesta de alcohol de la mujer se equiparó a la del hombre) sumado a que tienen obsesión con el peso. En otro orden, según Poulisis, con los grandes ayunos "buscan que les `pegue´ más el alcohol para estar más desinhibidas". "El alimento sirve de buffer (amortiguador) para que el efecto tóxico del alcohol no sea grave, al no haber alimento la absorción es inmediata y al 100% por lo que genera cuadros más graves de ebriedad, más riesgo de embarazo no deseado, problemas cardíacos, deshidratación, entre otras consecuencias", enumeró la especialista. Poulisis destacó que el 90% de quienes sufren alcohorexia son chicas y explicó el fenómeno en la obsesión social por la delgadez y la legitimidad que existe en la sociedad del abuso de alcohol. "Está bien visto ser flaco, hacer dieta y tomar alcohol", dijo. "Claro está que la costumbre del pre boliche, en la que los jóvenes se reúnen en las casas a tomar alcohol antes de salir está aceptado por los padres", consideró la médica, quien alertó las características de este tipo de conductas: "Lo que primero observan los padres son las características del trastorno alimentario. La joven no come, saltea comidas -en especial el día que tiene planificada una salida-, hace ejercicio compulsivo y más aún el día del atracón". Poulisis diferenció la alcohorexia del alcoholismo en el sentido de que esta conducta "es una asociación entre el trastorno alimentario y el abuso de alcohol; en cambio el alcoholismo se da cuando hay síntomas de abstinencia y tolerancia". El tratamiento, tanto de la alcohorexia como de cualquier trastorno alimentario, es "interdisciplinario" y en casos graves "se trabaja en grupos de psico educación, se enseña a los pacientes cómo modular sus emociones", puntualizó la especialista, quien remarcó que "este tipo de pacientes tienen baja motivación al cambio, no quieren dejar de hacer lo que hacen". Otros trastornos de los tiempos que corren * Orthorexia: ortho significa "lo recto, lo correcto", por lo que este trastorno engloba a las personas que comen todo sin conservantes, sin aditivos. "No comen nada que no sepan su origen", definió Poulisis. * Vigorexia: tampoco reconocida en estos términos como enfermedad por la comunidad médica internacional, se trata de un trastorno o desorden emocional donde las características físicas se perciben de manera distorsionada. Es más frecuente en hombres, quienes se obsesionan por lograr un cuerpo musculoso al extremo, al punto que aún habiéndolo conseguido continuará viéndose débil. * Diabulimia: se trata de diabéticas tipo 1, quienes al empezar a inyectarse insulina recuperan el peso perdido al inicio de la enfermedad porque la utilización de la glucosa empieza a ser efectiva. "Como estas chicas, de base, tenían ya un trastorno de alimentación se obsesionan y disminuyen las unidades de insulina, con el daño a su salud que eso implica", explicó Poulisis. A modo de mensaje final, la especialista subrayó que una dieta sana debe ser completa, suficiente y armónica, pero "tiene que incluir los alimentos que para las dietantes son prohibidos". "Lo normal es que alguien se coma un alfajor de chocolate sin culpa", destacó. (Infobae).-