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or estos días conseguir una garrafa de gas en Paraná es prácticamente imposible. Los repartidores aseguran que en las grandes plantas de almacenamiento no les venden y por eso ello se quedan sin poder responder los cientos de pedidos que reciben a diario. Una de las versiones que circulan es que los mayoristas se guardan las garrafas para venderlas en Paraná campaña y así desabastecen a la capital provincial. Los que saben del mercado explican que la jugada se basa en que en las ciudades más pequeñas y los pueblos, los valores de las garrafas de 10 kilogramos suben a valores siderales. Al no haber un control sobre los precios, los 10 kilos del combustible esencial para la cocina pueden llegar a valer más de 50 pesos. En Paraná la garrafa más chica, si la llevan a domicilio, la están cobrando 45 pesos. Los que la venden a 40 pesos, el fin de semana pidieron disculpas a sus clientes por no tener stock. Los vendedores de gas piden paciencia y adelantaron que “para el miércoles” se estaría solucionando la situación. En la primera semana de mayo la garrafa de 10 kilogramos costaba, en la puerta de la distribuidora 16 pesos. Si la llevaban a domicilio llegaba a 26 pesos. Es decir que, en tres semanas el gas envasado aumentó más del 70%. Luego del fin de semana largo por el 1º de Mayo, los mayoristas, aseguraban que iban a recibir el mismo stock que en 2009. Por lo pronto, a 21 días de la llegada del invierno, conseguir garrafas a buen precio se hace muy difícil. (UNO).-