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l número de accidentes en la ciudad se triplicó este mes en comparación con lo que había ocurrido en el primer trimestre de 2010, alertó el doctor Guillermo Grieve, jefe del Servicio de Terapia Intensiva del Hospital San Martín, que desde 2008 viene desarrollando un monitoreo exhaustivo sobre lo que ocurre en las calles de Paraná. El médico anotó que de haber 6 accidentes graves durante los primeros tres meses de 2010, en abril se registraron 14, y en lo que va de mayo ya suman 24 los accidentes, con un aumento del 50 % en el índice de mortalidad. Aunque los datos finales se conocerán en junio próximo, cuando se releve lo que ocurrió en el segundo trimestre del año. “Vemos un aumento exponencial en la cantidad de accidentes y en el índice de mortalidad”, dijo Grieve, al anotar que en mayo hubo un 300 % más de accidentes que en el primer trimestre. Furia en las calles El profesional señaló que en abril “hubo un importante en el número de accidentes”, y contó que en mayo se registraron 24 accidentes, “de los cuales 12 resultaron graves, y 12 moderados, lo que muestra un crecimiento. Y la mortalidad tampoco ha bajado, sino que aumentó: de 2 muertes pasamos a 3 muertes mensuales”. Ya a finales de marzo último, cuando Grieve dio a conocer los resultados del primer trimestre, alertó que el nivel de accidentología sube en relación directa con una baja en los controles oficiales: entonces calculó que sólo un 20 % de los motociclistas cumple con usar el casco y que ese porcentaje era del 70 % cuando se instrumentó la medida de control por parte de la Municipalidad de Paraná. “Más del 50 % de la venta de motos se realiza sin casco; más del 50 % de expendedores de nafta venden a motociclistas sin casco; los inspectores de tránsito no controlan el cumplimiento del correcto uso de casco, velocidad, número y edad de los pasajeros, salvo en operativos; la Policía no realiza el control y cumplimiento de las medidas salvo operativos; los operativos se anuncian con detalle de hora, día y lugar por los medios de comunicación lo que sólo alerta por dónde no deben pasar los motociclistas”, puntualizó entonces Grieve. La desatención a las normas de tránsito y los controles laxos no hacen más que agravar la situación en las calles, dijo. Nadie controla Grieve cuestionó con dureza la falta de controles de tránsito en la ciudad, una situación que, aseveró, se da en casi toda la provincia, con excepciones puntuales en tres localidades, una de ellas Gualeguaychú. “Todo el mundo anda en moto sin casco. Nadie realiza controles de alcoholemia, un chico mata a otro en un accidente, nadie controla nada. Esto así como está es un desastre. Encima, hace dos semanas que no se realizan operativos de control de las motos porque se rompió no sé qué vehículo así que no hay inspectores que realicen ese trabajo”, se quejó con amargura. Aunque de igual forma, planteó que tal como los lleva adelante la Municipalidad, “los controles no sirven porque son prefijados, se dice públicamente donde se van a realizar. Yo soy partidario de un control permanente, y que los controles de alcoholemia no se hagan a las 8 de la noche, sino a las 4 de la mañana, cuando los chicos tienen un nivel de alcohol tal que provoca accidentes muy graves”. Si hubiera controles, aseguró Grieve, no debería haber motociclistas sin casco, más de tres personas por moto o que viajen a diario menores de 12 años, algo prohibido por la ley. “La accidentología es el principal flagelo en la población joven. Me parece que en vez de preocuparnos por otras enfermedades, tenemos que fijar la vista en los accidentes como principal causa de mortalidad”, puntualizó. Y dijo que “si hubiera controles, se podría evitar el 85 % de los accidentes que ocurren. Eso se lograría haciendo un control de velocidad, de alcohol y de uso de casco. Lamentablemente, eso no se da, y por eso tenemos un promedio anual de 80 accidentes con 25 muertes”. Acciones aún pendientes sobre un estudio de la UTN En noviembre de 2008, especialistas de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) regional Paraná, presentaron el primer análisis y diagnóstico sobre el tránsito y transporte en la ciudad de Paraná. El pormenorizado estudio fue realizado en conjunto con la unidad académica de la UTN Santa Fe, en donde participaron unas 20 personas –entre técnicos y becarios–, utilizando como herramientas de registro estadísticas, relevamientos, encuestas, normas, decretos y leyes. En este orden, se elaboraron cinco ejes principales, respecto al problema de la circulación, los accesos, el tránsito, la seguridad vial y el transporte público. La investigación, que demandó cuatro meses de trabajo tuvo un costo de $ 140.000, que fue solventado por la Provincia, merced a un convenio para elaborar un plan maestro en el que estaban incluidos los municipios de Paraná, Oro Verde, San Benito y Colonia Avellaneda. La información sobre el transporte y tránsito –se dijo en su momento desde la UTN–, serviría para una primera aproximación del complejo problema del tránsito, a lo que vendría la diagramación de propuestas para la mejora en el fluido. De todos modos, el informe de la UTN se estableció una serie de parámetros y recomendaciones a partir de la investigación. Entre los puntos más destacados se advirtió una deficiencia en la infraestructura, inadecuado funcionamiento de redes de transporte, un desarrollo desordenado del tránsito, congestión vehicular, contaminación y alto nivel de accidentología, entre otros aspectos. En oportunidad de se presentado públicamente el documento, el intendente José Carlos Halle apuntó que el estudio sería “el primer paso en función del cambio que necesita las ciudad en materia de tránsito y transporte que hacen a las ciudades modernas”. El detalle de la crónica de prensa consignaba que Halle también había adelantado que en tiempo y forma las propuestas serían luego puestas a consideración de la gente. Colectivos y taxis disputan la prioridad El transporte público es una pieza clave en el funcionamiento de ciudades en las cuales los hogares se encuentran a mayores distancias de los lugares donde se concentra la actividad pública. Para tener una idea, en la capital provincial, por año, se registran unos 26 millones de viajes en colectivos urbanos. “Por cierto que en Paraná es complicado circular y particularmente en horarios en donde se concentra una gran cantidad de volantes de automovilistas, en una ciudad donde se tiene por costumbre salir de la puerta de casa y llegar a la puerta del destino”, reflexionó el subsecretario de Tránsito y Transporte de la Comuna, Marcelo Baridón. Ante la necesidad de tomar decisiones que impliquen algún tipo de ordenamiento, el funcionario confía en la posibilidad de implementar un correr vial. La medida, según indicó, apunta a priorizar el ingreso del transporte público por sobre los autos particulares, acercándolos lo más posible al centro neurálgico que es la Plaza 1º de Mayo. Así, los vehículos de colectivos en primer lugar, y el de taxis en segundo término tendrían prioridad. En este sentido, se establecería que todas las líneas de ómnibus circulen por calle Buenos Aires de modo tal de recorrer el centro luego por Urquiza, Alem o Carbó. “La ciudad de Paraná se mueve en colectivo. Cualquier criterio elemental, numérico, asigna los mejores espacios a la mayor cantidad de gente. Esta ciudad creció y hay que darle lugar a las masas”, sostuvo Baridón, luego para justificar la determinación tomada por esta gestión en cuanto al “despeje” entorno a la plaza principal: “levantamos el estacionamiento de motos sobre calle Urquiza, el estacionamiento vehicular sobre Monte Caseros, retiramos la parada de taxis sobre 25 de Mayo, priorizando el uso del transporte público”, enumeró “Esta es una ciudad concéntrica, se mueve del arrabal al centro en colectivo, por lo que priorizar el transporte público es elemental”, subrayó. Lejos del centro Contrariamente a la opinión oficial, Oscar Jacob, de la Cámara de Taximetristas, considera que la circulación por el microcentro “es un padecimiento” a partir de la política en el transporte público que se está implementando. “En las grandes ciudades los colectivos no ingresan al centro, que los colectivos tengan parada en la Plaza 1º de Mayo complica la situación”, consideró. “Modificar el recorrido de los colectivos por fuera del casco céntrico ayudaría a descomprimirlo, porque se forman grandes embotellamientos precisamente por la presencia de estos coches de gran porte; hay que descomprimir el centro y que los colectivos paren dos o tres cuadras más lejos”, enfatizó. A este planteo, Baridón responde que buena parte de los embotellamientos que “por momentos” protagonizan los colectivos responden a la falta de “solidaridad social”, definió. “El corredor vial de calle Buenos Aires tiende a mejora el servicio, allí se estableció un carril con prioridad de paso para los micros urbanos, es una regla elemental para respetar, pero si hay automovilistas que se detienen en esta franja para comprar algo en un kiosco o hacer un trámite en el banco todo se complica”, ejemplificó. Zonas calientes La municipalidad de Paraná y la Policía de la provincia han elaborado un mapa con los denominados puntos críticos, aquellos lugares donde se han producido la mayor cantidad de accidentes, a los efectos de asignar elementos que eviten nuevos accidentes, entre ellos están los semáforos sobrantes de avenida Ramírez. De este mapa se desprende que los dos sectores de la ciudad en la que se producen la mayor cantidad de accidente de tránsito son calle Illia, Belgrano, Irigoyen y sus intersecciones con Perú, Gualeguaychú y Carbó; también en Dean J. Álvarez, Gualeguaychú, Echagüe con Alsina y Ramírez. Le siguen Almafuerte y sus intersecciones con Los Sauces, Francia, Artigas; Carbó y 9 de Julio y ésta con Villaguay. En el centro, un punto conflictivo es Córdoba con Rivadavia y Méjico; Santa Fe con 25 de Junio y España; 25 de Mayo con Salta y San Juan; Ferré en su cruce con La Rioja y San Luis. (El diario).-