E
n momentos en que la Argentina y Uruguay intentaban encauzar el conflicto sobre las plantas de celulosa, un planteo del gobierno de Cristina Kirchner generó otro cortocircuito en las relaciones. La intención del gobierno nacional es que el monitoreo del impacto ambiental se haga dentro mismo de la fábrica de UPM, ex Botnia. Para Uruguay eso excede el fallo de la Corte de La Haya y las potestades de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU). El canciller oriental, Luis Almagro, dijo que no había leído la iniciativa argentina, aunque subrayó que los planteos de cada país deben regirse por los "marcos de referencia" que estableció el fallo de la Corte Internacional de Justicia y por las potestades de la CARU. Uruguay entiende que el control debe realizarse sobre el impacto ambiental y que para eso no es necesario entrar en la fábrica. En el Parlamento, la ministra de Medio Ambiente, Graciela Muslera, reconoció que la Argentina pidió monitorear el funcionamiento de la planta de celulosa de UPM dentro mismo de la fábrica y dijo que el gobierno de Mujica analizará el planteo y responderá en breve. Almagro confirmó que los presidentes de ambos países se reunirán el 4 de junio en Uruguay, en la estancia presidencial de Anchorena que está en Colonia, frente a Buenos Aires. Agregó que la agenda está "bastante definida" y comprende los temas planteados por Mujica, como el dragado del canal Martín García y la navegabilidad del río Uruguay. (Fuente: La Nación)