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or: Martín Bravo
Después de un debate que incluyó argumentaciones antropológicas, discusiones sobre el Antiguo Testamento y citas de Jean Piaget sobre psicología evolutiva, la Cámara de Diputados aprobó esta madrugada el proyecto para modificar el Código Civil y habilitar el matrimonio entre personas del mismo sexo. La votación terminó con 125 a favor, 109 en contra y 6 abstenciones.
"Estamos dando un paso muy importante en la igualdad de derechos y restituyendo la dignidad de un sector que venía humillado y discriminado por su tratamiento desigual frente a las leyes", argumentó Vilma Ibarra, autora del proyecto -junto con la ex diputada socialista Silvia Augsburger-, que reemplaza la definición "hombre-mujer" por "contrayente" para los actores del casamiento civil. Sobre la cuestión que generó más controversias, Ibarra agregó: "No estamos dando a los homosexuales el derecho a adoptar. Ese derecho lo tienen, hoy ya lo hacen". Luego deberá tratarlo el Senado, una Cámara más conservadora en la que los números estarán más ajustados.
El debate y la votación dividieron a la mayoría de los bloques. Sólo cuatro apoyaron por unanimidad las modificaciones: el socialismo, el GEN de Margarita Stolbizer y los dos espacios de centroizquierda, liderados por Pino Solanas y Martín Sabbatella. "Las organizaciones que militan en la diversidad sexual fueron pacientes y dieron el debate con altura. A partir de esta sanción van a salir de la mano, van a decirle a los padres y se van a poder casar. Esto nos hace bien a todos y a todas", sostuvo Cecilia Merchán, de Libres del Sur.
"Hay una porción de la población con las mismas obligaciones pero no con los mismos derechos que el resto. Estamos discutiendo si algo que ya existe es para todos o no", planteó Juliana Di Tullio, por el oficialismo. Unos 50 kirchneristas adelantaron su apoyo, entre ellos Néstor Kirchner. Por primera vez presente en una votación, el ex Presidente llegó al Congreso por la noche y funcionó como una confirmación de que el proyecto sería aprobado: desde que asumió evitó su foto en una derrota.
En el peronismo disidente, el PRO y el radicalismo predominaron las posturas en contra, mientras que en la Coalición Cívica la mayoría avaló, salvo Elisa Carrió, que mantenía el suspenso. "¿Alguien con una enorme cruz en su pecho va a votar a favor?", la cruzó el macrista Omar De Marchi. "Que cada uno hable por su propia fe", pidió Carrió.
"La vida me ha regalado muchos amigos homosexuales, pero la unión entre ellos será otra cosa, no un matrimonio. Estoy cansada de que los progres presenten la sexualidad como mero placer", cuestionó la puntana Ivana Bianchi, del PJ no oficialista. La mayoría de los discursos en contra se basaron en fundamentos religiosos. "No entiendo cómo se puede invocar a la Iglesia Católica para negarle derechos a una minoría. Dios siempre estuvo con los más débiles", rebatió Felipe Solá, jefe de bloque del peronismo disidente.
El debate tuvo como marco los aplausos y algunos silbidos de militantes de organizaciones defensoras de los derechos homosexuales -en las gradas del primer piso- y de religiosos -en las del segundo-, algunos con rosarios a los que se aferraban para implorar que no se aprobara el proyecto. "Matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer. ¿Por qué no mañana entre tres o cuatro o un mayor con un menor si se aman?", se preguntó Cynthia Hotton, diputada evangélica cercana a Julio Cobos.
