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recia puso ayer a la Unión Europea contra la pared. El ministro griego de Finanzas, Yorgos Papaconstantinou, reconoció lo que parecía evidente desde hace semanas: Grecia ya no puede refinanciar su deuda en los mercados internacionales y espera préstamos europeos por un mínimo de 9.000 millones de euros antes del 19 de mayo para no caer en default. Así, la crisis griega sembró pánico en las Bolsas del mundo, que se desplomaron, y comenzó a temerse por la suerte de Portugal, acentuando la presión sobre la UE para que supere las reticencias de Alemania y entregue a Atenas la ayuda financiera prometida. Frente a la situación de temor a un default griego y el posible contagio a Portugal, los mercados del mundo se hundieron. La bolsa de Atenas cayó un 6%, su baja más pronunciada desde octubre, y contagió al resto de las europeas, que descendieron un 3% en promedio, con caídas de 2,6 en Londres, 3,8 en París, 5% en Lisboa y 4,2% en Madrid. La marejada llegó a Buenos Aires y Nueva York (el Dow Jones cayó 1.90% y el Nasdaq 2.04%), donde las acciones retrocedieron ante el temor de que los problemas de la deuda en Grecia y Portugal podrían afectar la recuperación económica mundial. El euro también cayó por debajo de 1,32 dólares. La Eurozona, en su peor crisis económica desde el nacimiento del euro en 1999, podría ir a una cumbre extraordinaria para el 10 de mayo para aprobar los préstamos a Grecia. Ayer, los bonos griegos a 10 años subieron hasta el 9,5% -tocaron picos a mediodía del 18%- y los bonos a dos años cerraron la jornada al 15%. A esas tasas, pedir dinero a los mercados es un suicidio y así tuvo que reconocerlo Atenas. El alza descontrolada de los intereses que tiene que ofrecer el gobierno heleno para colocar sus bonos se debió principalmente a que la agencia Standard & Poor´s redujo la calificación de la deuda griega hasta el nivel BB+, o lo que es lo mismo, calificó sus bonos como "basura", sólo recomendados para especuladores. También bajó la calificación de Portugal. Atenas calificó de "inexplicable" la medida de S&P. El primer ministro llamó a los griegos a unirse para afrontar juntos "una de las fases más difíciles" de la historia del país, en un emotivo discurso pronunciado en el Parlamento y transmitido por televisión. Afuera miles de manifestantes protestaban en su contra y pedían que no haya ajuste. Las centrales obreras llamaron a un paro general para el 5 de mayo. Grecia había pedido el viernes la activación del plan de préstamos prometido por la UE y el FMI. Serían 30.000 millones de euros de sus socios de la Eurozona al 5% y otros 15.000 millones del FMI al 2,73%. Alemania, desde la petición de Grecia, no hizo demasiado. Angela Merkel dijo que Grecia no recibiría ayuda si no anunciaba más recortes presupuestarios para rebajar su déficit público del 13,6% y su deuda de más de 300.000 millones de euros. Merkel debe afrontar unas cruciales elecciones regionales el 9 de mayo en las que podría perder la mayoría parlamentaria. La opinión pública germana se muestra contraria a ayudar a Grecia. La condición exigida por Berlín a Grecia es un duro ajuste presupuestario: un programa de ahorro y reformas "viable y creíble", según palabras de Merkel. El temor europeo es que la crisis ponga en entredicho la estabilidad de la zona euro en su conjunto. El FMI informó ayer -al cierre de esta edición- que analiza incrementar la ayuda a Grecia en al menos otros 10 mil millones de euros. Es que se cree que posiblemente "no alcance" el auxilio de 45 mil millones que aportará la entidad y la UE, admitieron fuentes del Fondo, según ANSA. The Financial Times incluso en la edición que se edita hoy prevé que la ayuda a Atenas alcanzará, probablemente, a 70 mil millones de euros. Grecia se encontrará "en una situación insostenible" sin la ayuda de la UE y el FMI, advirtió el director del Fondo, Dominique Strauss-Kahn. Si la ayuda europea no llega a tiempo y Grecia tuviera que renegociar el reembolso de su deuda, los primeros perjudicados serían los bancos alemanes y franceses, tenedores de los bonos griegos. La UE intentó desde febrero tranquilizar a los mercados. No parece haberlo conseguido. Ahora sólo le queda poner la plata porque el efecto dominó amenaza a Portugal y de ahí podría extenderse a Irlanda, España, Italia o Bélgica. (Fuente: Clarín)